Como un llamado a las autoridades y automovilistas para exigir seguridad cuando entrenan en las calles, unos 2 mil ciclistas rodaron ayer de San Pedro al Parque La Huasteca.

Además de sembrar un árbol, colocaron una bicicleta blanca en el lugar donde la semana pasada falleció Mónica Salinas de Vergara cuando un grupo de ciclistas fue arrollado por un tránsito ebrio.

La caravana, nunca antes vista en la Ciudad, reunió a pedalistas de ruta, montaña, triatletas y de ciclismo recreativo que por igual exigieron respeto por su deporte.

"Realmente lo que queremos es que la ciudad, la metrópoli de Monterrey, sea una ciudad más humana, que las calles no estén hechas solamente para los carros.

"Hay lugares donde no hay ni banquetas para el peatón, tratamos de crear esa conciencia y sacudir a las autoridades para que pongan atención", dijo Rolando Arreola, vicepresidente de la Asociación de Ciclismo de Nuevo León y principal promotor de la rodada.

Comentó que el objetivo del movimiento ciclista fue sembrar un árbol, cuyo significado es la siembra de la semilla por la cultura vial y colocar un monumento a la bicicleta blanca, como símbolo de la seguridad.

Bajo un fuerte resguardo de los elementos de tránsito municipal de San Pedro y Santa Catarina, la caravana recorrió 11.5 kilómetros desde el Auditorio San Pedro hasta el lugar donde el sábado 20 ocurrió el trágico accidente en La Huasteca.

Una vez que llegó todo el contingente, el triatleta olímpico Francisco Serrano dijo que todos son ciclistas, pero también son automovilistas y que el respeto que exigen por parte de los conductores también deben tenerlo ellos, sobre la bici y abajo de ella.

"Hay que seguir rodando porque todos disfrutamos de este deporte que tanto amamos, a todo mundo nos gusta mucho la bicicleta y disfrutamos al salir, pero también queremos estar en un entorno seguro", agregó.

Al final, y luego de haber cumplido con su objetivo, los ciclistas retornaron de la misma forma hasta el lugar de reunión.