Cura Ramón su herida
Ramón Estrada México, Guadalajara (04 marzo 2015)
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  • Ramón Ramírez formó parte de las "Súper Chivas" que ganaron el título del Verano 97.
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Si hubo un episodio difícil para Salvador Martínez Garza en su gestión con Chivas fue haber vendido a su máximo ídolo al odiado rival: el América.

A poco más de 16 años de aquel episodio, Ramón Ramírez reveló la forma en la que hizo las paces con el empresario, quien falleció ayer.

"Nunca me quise ir al América, traté hasta lo imposible por hablar con Don Salvador Martínez Garza y pedirle una explicación, cosa que nunca recibí, todo fue a través del licenciado Luis Miguel Tinoco y por angas o mangas finalmente me voy al América", admitió.

Ramón fue vendido a las Águilas al finalizar el Invierno 98, pese a la negativa del jugador.

"Mis sentimientos en ese momento eran de incredulidad hacia una persona que tenía mi confianza y que tenía el cariño y el aprecio de toda mi familia. Fueron años difíciles en donde me resistía incluso a volver al equipo mientras estuviera esa administración de Don Salvador. Estaba muy sentido", relató.

Tras jugar sólo un semestre con los azulcrema y dos años con los Tigres, Martínez Garza quiso lavar su error para el Verano 2002.

"Se da fundamentalmente por una plática interna que tuve yo con Don Salvador, en la que me dice que él antes de que dejara al equipo, uno de sus compromisos (...) era que yo regresara a Chivas y lo hiciera bajo su mando, que de favor lo considerara porque sentía que había cometido un error conmigo.

"Que una persona de ese estatus social y de esa envergadura, que no tenía necesidad de decirlo y tuvo la capacidad de decírmelo, quizá ni sus hijos lo supieron nunca, pero Don Salvador tuvo esa humildad y claro que acepté", reveló el nayarita.

Así, Ramón jugó tres años más con las Chivas, hasta que emigró a la MLS por sugerencia de Jorge Vergara.

¿Se puede decir que con el tiempo y tras ese reencuentro perdonaste ese hecho de tu venta?

"Pues sí, pero no es de 'te perdono', sino el reconocer que eso (su partida al América) al final no nos benefició a ninguno, que ese episodio a todos nos dejó raspados y yo asumo lo que me corresponde y Don Salvador también lo hizo con mucha valentía.

"Uno como jugador y como directivo es pasajero en un club, pero las personas se quedan y de Don Salvador tengo grandes recuerdos que nunca olvidaré. Su muerte nos deja dolor, pero también un cariño que siempre nos brindó", sentenció.

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