Un importante escándalo está surgiendo en la industria multimillonaria de los deportes de fantasía, el negocio en línea y no regulado en el que los participantes arman sus equipos de fantasía con atletas reales.

El lunes, dos importantes compañías de fantasía fueron obligadas a emitir declaraciones defendiendo la integridad de sus negocios después de supuestos alegatos de operaciones con información privilegiada, en el sentido de que empleados hacían apuestas usando información no generalmente disponible para el público.

Las declaraciones fueron dadas a conocer después de que un empleado de DraftKings, una de las dos importantes compañías, admitió la semana pasada que involuntariamente liberó datos antes del inicio de la tercera semana de juegos de la NFL.

El empleado, un gerente de contenidos de nivel medio, ganó 350 mil dólares en un sitio rival, FanDuel, esa misma semana.

El caso ha planteado interrogantes sobre quién en las compañías de fantasía tienen acceso a datos valiosos, tales como a qué jugadores se está apostando la mayor parte del dinero, cómo está protegida la información, y si la industria puede (o quiere) vigilarse.

La industria tiene sus raíces en los juegos de fantasía informales que iniciaron hace años con grupos de fanáticos jugando entre sí por diversión en el curso de una temporada.

Armaban equipos hipotéticos y anotaban puntos con base en el desempeño de los jugadores en los partidos reales.

Sin embargo, en años recientes, compañías, encabezadas por DraftKings y FanDuel, han organizado juegos en línea, diarios y semanales, basados en un concepto similar en el que los fanáticos pagan una cuota de entrada a un website (desde 25 centavos hasta mil dólares) para jugar con docenas si no es que cientos de oponentes, con bolsas de premios que pueden pagar 2 millones de dólares al ganador.

Los críticos se han quejado de que la configuración casi no difiere de las apuestas estilo Las Vegas que normalmente están prohibidas en el mundo de los deportes.

El lunes, DraftKings y FanDuel emitieron un comunicado conjunto que señalaba que "nada es más importante" que la "integridad de los juegos que ofrecemos", pero proporcionaron pocos detalles sobre cómo mantenían los concursos en ese nivel.