Las orejas que cortaron Fabián Barba y Mario Aguilar son de ésas que se recuerdan por el mérito con el que se consiguieron.

Aunque sólo fue una por cabeza, la actuación de ambos dejó muy satisfechos a todos dentro de la Plaza Monumental.

Algo tuvo que ver el domingo de resurrección para que tanto Fabián cuanto Aguilar resurgieran.

Barba realizó un par de faenas llenas de técnica, de buen oficio y cuando sus astados lo permitieron de mucho lucimiento.

En su primero salió al tercio porque tardó un poco en matar, pero con su segundo consiguió el apéndice al haber realizado otra labor pulcra y meritoria.

Gran fin de semana para Fabián, pues el sábado paseó dos orejas en Texcoco.

Aguilar está volviendo a ser el de antes, ayer confirmó que además del gusto con el que está toreando tiene la cabeza despejada y por ello su dos faenas resultaron sensacionales.

Sobre todo la del quinto de la tarde, pues primero se dedicó Aguilar a estudiar y resolver los problemas del animal y después se dio el lujo de torear con temple, profundidad y largueza por naturales al toro que tuvo nobleza y al final le dieron un arrastre lento.

La oreja que consiguió Mario ha sido de las mejores cortadas en esta plaza.

Actuó también Gerardo Adame, quien pese a no tener el rodaje de sus alternantes, consiguió el aplauso del público gracias a su voluntad y ganas de agradar.

Se lidió un encierro bien presentado y en general bueno de la ganadería de La Paz.
El novillero Nicolás Gutiérrez, herido el sábado pasado, se recupera en el hospital.