La Alcaldía de Río de Janeiro despidió a la constructora del velódromo que se usará en los Juegos Olímpicos, cuyas obras aún no se han acabado a 67 días de la ceremonia inaugural.

Los motivos que el ayuntamiento esgrimió para explicar la ruptura unilateral del contrato con la constructora Tecnosolo son los problemas financieros que han llevado a la empresa brasileña a acogerse a la ley de quiebras.

Según un comunicado de la Alcaldía, debido a estos problemas Tecnosolo "no tiene condiciones de continuar" las obras, que están en la fase final, a un 88 por ciento de su conclusión.

Las obras serán terminadas por la empresa Engetécnica, que ya trabajaba en el velódromo como subcontratada de Tecnosolo, y la entrega está prevista para el próximo mes, según el ente municipal.

Además, la Alcaldía compró 547 mil entradas de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos para regalarlas a funcionarios y a alumnos de escuelas públicas.

La compra de entradas supondrá un gasto de unos 1.4 millones de dólares de dinero público, según anunciaron responsables de la Alcaldía en una rueda de prensa.

En concreto, el ente municipal adquirió cerca de 47 mil entradas de los Juegos Olímpicos y 500 mil de los Paralímpicos, que se celebrarán en esta ciudad brasileña los próximos meses de agosto y septiembre.

Los destinatarios de los boletos serán 137 mil funcionarios públicos, 392 mil escolares, a los que se les exigirá tener buenas notas, y 18 mil deficientes.