El susto que le sacó Tony Romo a los Vaqueros de Dallas el jueves por la noche quedó en sólo eso, un susto.

El mariscal de campo salió del tercer encuentro de pretemporada después de sólo tres jugadas tras un fuerte golpe en la espalda, misma que se operó en dos ocasiones en 2013, hizo que se perdiera otro juego en 2014 y lo había limitado en los entrenamientos a principios de agosto.

A pesar del tan aparatoso golpe y permanecer recostado en el campo por varios minutos, Romo dijo estar bien y listo para seguir entrenando.

"De una manera extraña sentí bien que ese fue el golpe más fuerte que he recibido en la espalda en los últimos cinco años. Me siento afortunado que aguantó y puedo seguir", dijo Romo al sitio oficial de los Vaqueros.

Según reportes, Romo se sentía lo suficientemente bien después del golpe para regresar al partido ante los Halcones Marinos de Seattle, pero Jason Garrett, entrenador en jefe, no quiso arriesgar a su QB titular.

Sin Romo, el novato Dak Prescott volvió a tener una sólida actuación, completando 17 pases en 23 intentos para 116 yardas, con una anotación y sin intercepciones.