Su tarde aún resuena
Marco Almaraz México, Monterrey (27 mayo 2017)
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  • Eloy y el ayer
    Se cumplen 45 años de que un torero mexicano salió a hombros por última vez en la Plaza de Las Ventas, de Madrid.
  • Eloy Cavazos se ganó el reconocimiento luego de aquella tarde del 27 de mayo de 1972.
    FOTO: César D. Pauli

La fulminante estocada de Eloy Cavazos al toro "Azulejo" de la ganadería de Amelia Pérez Tabernero le trajo como recompensa más que dos orejas en la Plaza de Las Ventas de Madrid, aquella tarde del 27 de mayo de 1972.

Al refrendar su condición de "torero de Puerta Grande" en el coso más importante del mundo, el diestro guadalupense se ganó a pulso el sitio de primer figura y se volvió un imán de taquilla en los ruedos de América.

"La faena a ese toro ('Azulejo') transformó mi vida como torero, como ser humano, porque me brindó la oportunidad de casarme, tener hijos, seguir ayudando a mis padres y a mis hermanos", recuerda Eloy.

Cavazos había triunfado en Madrid en 1971 y a su regreso a México imaginó que su relación con los empresarios sería "pura miel". Estaba equivocado.

"Debemos ir otra vez a España", sugirió su apoderado Rafael Báez.

Eloy aceptó el reto. Pospuso la boda con su novia y ahora esposa Mary Galindo y firmó dos tardes en la Feria de San Isidro.

En la primera actuó al lado de Palomo Linares y José Mari Manzanares, pero no tuvo suerte. Llegó el 27 de mayo, en un cartel que incluía a José Fuentes y Fermín Murillo.

Estaba reseñada una corrida de Joaquín Buendía, pero fue rechazada por las autoridades, por lo que se lidiaron cuatro astados de Amelia Pérez Tabernero y dos de El Jaral de la Mira.

La oportunidad soñada para el "Pequeño Gigante" de Guadalupe llegó ante el cierraplaza. Un astado de 600 kilos, colorado, de romana y cabeza, aunque dulce como el merengue, según la crónica de un diario madrileño.

"Empezó muy rebrincón, se fue metiendo en la muleta, lo fui llevando. El secreto fue que no me cogiera mucho la muleta, hasta que se fue entregando.

"Luego vino la cereza en el pastel: tumbarlo con un estoconazo y mi alegría inmensa al ver enseguida una lluvia de pañuelos en los tendidos.

"El juez me concedió las dos orejas", recuerda Cavazos, a sus 67 años, saboreando aún su salida a hombros.

La historia de la vida de Eloy Cavazos es la narrativa de la determinación y el carácter a toda prueba para sobreponerse ante cualquier reto o dificultad. En su natal Guadalupe o en Madrid.

¡Qué tan grande habrá sido aquella gesta de Eloy, que ya han pasado 45 años y desde entonces se han presentado 39 toreros mexicanos en Las Ventas y no han vuelto a abrir la Puerta Grande!

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