| | Miles de aficionados del Rebaño acudieron a La Minerva a ver el partido en las pantallas y luego se quedaron al festejo.
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Maricarmen Galindo |
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"Primero dijeron que nos iban a golear, después que nos iban a ganar... y ¿dónde están?", festejó Roberto Cárdenas, quien sufrió y gozó el campeonato de sus Chivas en La Minerva.
En la recta final del juego, los cerca de 5 mil aficionados que se dieron cita en el distintivo punto de reunión de los festejos del Guadalajara festejaban ya la estrella doce, hasta que cayó el gol de Tigres.
La ilusión de ser campeón se convirtió en miedo, temor de que André-Pierre Gignac volviera a aparecer y les arrebatara lo que les quitó en la ida.
"¡Sí se puede, sí es puede!", fue el grito que se apoderó de La Minerva.
El temor fue mayor cuando el cuarto árbitro anunció los cinco minutos de reposición.
"Ya pítale, árbitro", gritó un aficionado, otro pedía que se echaran para atrás, sin importar que se vean ratoneros.
El ambiente era completamente distinto de cuando cayó el segundo gol.
"¿En dónde están, en donde están, esos Tigres que nos iban a ganar?", cantaban en La Minerva.
Pero el sufrimiento llegó al final, 10 años y medio de espera para que pasaran los cinco minutos más lentos que habían pasado.
La espera terminó con el silbatazo final, el júbilo explotó y la cerveza llovió, los aficionados se abrazaban entre todos, sean o no conocidos.
Esto es lo que habían esperado desde hace diciembre de 2006: llegó la estrella doce, el festejo va empezando. |