Pumas no extrañó en lo más mínimo a Nicolás Castillo. FOTO: Juan Luis Díaz

Nadie extraña a Nicolás Castillo en Ciudad Universitaria.

Pumas se presentó ante su afición, ligó su segundo triunfo en la Liga y el tercero en 10 días, goleó al Necaxa por 5-3, sus refuerzos respondieron de maravilla... y nadie echó de menos al goleador chileno, que en las últimas tres campañas generó una dependencia nociva para el conjunto.

Castillo siempre mantuvo una serie de privilegios importantes, que lo fueron apartando poco a poco del equipo, hasta generar fricciones con algunos de sus compañeros; desde un Porsche que exigía pusieran a la puertas del lugar de entrenamiento para evadir a la gente, hasta una lujosa vivienda en Santa Fe, además de que no acataba órdenes del cuerpo técnico.

Si bien es cierto que sus anotaciones significaron, en algunas ocasiones, casi la mitad de la producción del equipo, el cuerpo técnico, encabezado por David Patiño, aprendió la lección y dejó de centralizar el juego en un delantero.

Ahora no hay diferencias, todos tienen que entrarle parejo, la directiva también entendió que darle de más a un jugador atenta contra las reglas de la convivencia.

A la afición tampoco le hizo falta, ni siquiera coreó su nombre o exigió su regreso; Matías Alustiza, quien entró de cambio, fue el que se llevó los vítores y aplausos.

El reconocimiento de la gente se dividió entre canteranos y no formados en México; el cuadro universitario se sacudió el miedo e hizo fluir el espectáculo y los goles.

Carlos González se despachó con un doblete ante su ex equipo; no tuvo piedad y honró la camiseta universitaria.

Martín Rodríguez, tan intermitente en Cruz Azul, hoy ya suma 2 goles con los auriazules, uno en Copa y otro en esta goleada, que significó el empujón para que fueran por la victoria en el complemento.

Alan Mendoza respondió desde el inicio anotando para impedir que Necaxa se volara, Alan Mozo, el joven que suma minutos para regla 20/11 clavó el cuarto de la tarde.

Castillo jugaba con la mente puesta en irse, nunca en dejar escuela y tampoco contribuyó para llevar a Pumas a ganar un título; los hombres que ayer se plantaron en la cancha tienen otras ideas y nuevas aspiraciones.

Necaxa luchó y pensó que todo fluiría tan fácil como en la primera jornada cuando doblegó al América, pero sus tres goles no alcanzaron para frenar a los de casa; Víctor Dávila los puso a sufrir con dos tantos, pero los Pumas respondieron rápido, Matías Fernández hizo lo propio, pero el cuadro felino ya iba encarrerado y no hubo quién pudiera pararlos.

Hoy Pumas puede decir que vive libre de la Nicodependencia y con la mira puesta en lo más alto.