Los aficionados felinos se cubrieron del sol con las revistas que les regalan al ingresar al estadio. FOTO: Daniel García Invencibles en casa Al vencer a Xolos, Tigres llegaron a 29 juegos sin perder en casa e igualaron el récord de torneos cortos.

El calor que se sintió ayer en el Estadio Universitario fue tan sofocante como los Tigres con sus rivales en casa.

Los cohetones al saltar el equipo a la cancha y el solazo quemando a Preferente hicieron recordar los viejos tiempos en los que los felinos tenían a la temperatura como aliada para fundir a sus rivales.

Sin embargo, acostumbrados a jugar por la noche, los primeros afectados fueron los propios aficionados, la mayoría desprotegidos ante los 37 grados centígrados y el intenso sol.

El lado de oriente del estadio de nuevo fue la tribuna de sol, como en los 80, pero ya no son los tiempos en que la mayoría ahí eran hombres que se quitaban la camisa para mitigar el calor, ahora casi todos visten la playera original, la más reciente.

El único remedio que encontraron muchos fue permanecer en los túneles y pasillos el mayor tiempo posible, por eso al salir los equipos e incluso con el silbatazo inicial, las gradas lucían semivacías.

A la gente le esperaban 90 minutos de sol, la sombra nunca llegó, y la mayoría optó por cubrirse con las revistas que se entregan al ingresar al estadio.

Del otro lado, en la sombra, las revistas especiales, con los VIP, con los socialités, sí fueron hojeadas, no usadas como sombreros.

Pero sin duda, lo más refrescante de la tarde fue el gol del triunfo de André-Pierre Gignac que hizo cantar a nuevos y viejos aficionados, a los de sol y a los de sombra.

"¡Laaa, laaa, laaa, laralalá, laralalá, Giiignac!", coreaba la muchedumbre, mientras sus víctimas, los Xolos, regresaban el balón a la mitad de la cancha tras recibir la primera anotación de los Tigres.

"¿Cómo te imaginarías a Gignac jugando al lado de Tomás Boy y Barbadillo?", preguntó un aficionado de la vieja guardia del conjunto felino.

Para la gente ya es común que Gignac anote y que Tigres no pierda en casa, pero sin duda que ya no estaba acostumbrada a aquellos solazos de antaño en el Uni.