El éxito deportivo de los pequeños triquis hacen que el NBA mexicano Gustavo Ayón recuerde cuando soñaba de niño en su natal Zapotán, Nayarit.

"Lo que les puedo decir o como consejo a ellos (triquis) es que nunca dejen de soñar, que no hay sueño grande, que no hay sueño más grande que tu mente, que no permitan que nadie los haga cambiar de opinión, lo único que les puede impedir hacer cosas es uno mismo", expresó el jugador de los Halcones de Atlanta.

Ayón, de 28 años, confiesa que le ha emocionado la historia de los pequeños basquetbolistas que saltaron a la fama tras ganar en octubre el Cuarto Festival Internacional de Minibasquetbol en Argentina.

Esa victoria literalmente abrió las puertas a los niños de la comunidad indígena de Oaxaca, pues días después fueron a un torneo en República Dominicana y como plato fuerte tuvieron el chance de retar a los Spurs de San Antonio en el DF. Más tarde, en Los Ángeles, convivieron con los Lakers.

Ahora, Ayón hace un llamado a que no desvíen el lado deportivo de los pequeños.

"Lo único que creo, en mi opinión, es que le están dando un lado no tan deportivo del que ellos (triquis) merecen, y creo que las personas que los manejan no lo están haciendo de la manera correcta y los están utilizando bastante de diferente manera que no es la deportiva, es lo que percibo, opinión personal", dijo.