Ahogan el grito de gol en el Azul
Edgar Contreras México, Cd. de México (15 abril 2014)
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  • Fabián tuvo una importante de peligro para la Máquina.
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  • La lluvia impidió un mejor espectáculo.
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  • Una intensa lluvia se registró en la Ciudad de México.
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La Final de Ida de la Concacaf Liga Campeones nunca calentó en el Estadio Azul.

En un duelo bajo la lluvia, Cruz Azul y Toluca empataron 0-0 en el primer capítulo de la pelea por el boleto al Mundial de Clubes.

La Máquina no sacó ventaja de su localía porque se midió a un cuadro bien ordenado, que le tapó las vías de acceso gracias a una asfixiante marca, como la de Miguel Ponce sobre Joao Rojas y después Marco Fabián.

Cruz Azul llegaba con un fuerte golpe en el ánimo luego de que la Concacaf informó de la suspensión de tres partidos a su portero Jesús Corona, pero Guillermo Allison respondió pese a que en algunas acciones sudó de más, como al 44' cuando otorgó rebote tras un disparo de Carlos Esquivel, pero estuvo atento para tapar el contrarremate de Wilson Tiago.

Por el lado cementero el enganche Mauro Formica nunca entró en ritmo, como tampoco Joao Rojas. Fabián tuvo un par de oportunidades, una de ellas al 37' y cuyo disparo pegó en la red, pero por la parte de afuera.

El partido tuvo mucho orden, marca, pero ambos equipos carecieron de creatividad, de romper el cerco, de arriesgar todo en este primer enfrentamiento.

En los minutos finales, Antonio Ríos le pegó de fuera del área pero el esférico se estrelló en el poste de la portería defendida por Allison.

Ya en la compensación, Alfredo Talavera hizo la atajada de la noche al tapar un disparo de Christian Giménez y el contrarremate de Marco Fabián, en uno de los pocos descuidos de la zaga visitante.

La única buena noticia para La Máquina es que no recibió gol de visitante, por lo que cualquier empate con goles el miércoles 23 de abril le dará el título, en el Nemesio Díez.

Tanta agua y poco futbol

De poco valió a cientos de aficionados el empaparse en su trayecto final al estadio y durante el partido para ver menos de 15 tiros a puerta entre los dos equipos en todo el partido.

La lluvia con su dosis de granizo que azotó la Ciudad de México provocó el retraso del ingreso de la gente al Estadio Azul y la aparición de los impermeables multicolores en la tribuna.

El agua no solo bañó a los más de 26 mil aficionados en el inmueble, también resultó el frigorífico para las ideas y la definición de los futbolistas dentro de la cancha.

El juego comenzó minutos después de la hora programada, pero lo que no tuvo retraso fue el tino de los jugadores, ese simplemente nunca llegó.

Quizá por ello la gente comenzó a desesperarse y tras contados alaridos se decidió la parcialidad azul a pedir a su ídolo.

"¡Chaco, Chaco!", se escuchó desde una de las cabeceras del estadio al ver escurrirse los minutos sin el ansiado gol.

El cuerpo técnico le hizo caso a su gente y de paso le regaló a Achille Emaná la oportunidad del semestre.

El auxiliar técnico cementero, Salvador Reyes se cansó de decirle al camerunés qué movimiento hacer para picar hacia el área y éste jugó como quiso.

Luego los condimentos del partido fueron más los generadores de polémica que de futbol, salvo el tiro al poste de Antonio Ríos.

Una mano celeste dentro del área que no marcó el árbitro y la expulsión al preparador físico de los choriceros, lo más llamativo para la gente mojada en las gradas.

Con información de Luis Homero Echeverría

Hora de publicación: 20:56
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