Hugo González fue la figura ante el Atlético de Madrid.

El arquero del América atajó dos penales y anotó el de la victoria para que las Águilas se llevarán la Copa Euroamericana, tras vencer 3-2 al campeón de España.

Las perfectas ejecuciones de Raúl Jiménez, Martín Zúñiga y de González desde el manchón penal salvaron la tarde porque el tiempo regular terminó con un sonoro abucheo para ambos equipos.

Cientos de aficionados se quedaron con ganas de ver a un Atlético en mejor momento porque hasta en los penales estuvo errático, con fallas de Guillermo Siqueira, Koke y Mario Suárez.

América presentó para este amistoso a un cuadro totalmente alterno, porque de los hombres que habitualmente suelen ir de inicio sólo envió a Juan Carlos Valenzuela, Osvaldo Martínez y Luis Gabriel Rey.

A la banca ni siquiera fueron convocados elementos como Oribe Peralta, Paul Aguilar, Rubens Sambueza, Paolo Goltz y Pablo Aguilar.

De cualquier manera, los azulcrema se mantuvieron buscando la portería del Atlético con constancia, pero sin encontrar la contundencia para abrir el marcador.

Raúl Jiménez fue quien estuvo más cerca de mecer las redes con un disparo que fue desviado por el arquero Miguel Moyá al minuto 15.

Los Colchoneros, que se encuentran en plena pretemporada, echaron de menos a sus figuras y refuerzos en el ataque.

La mayor parte del tiempo prefirieron esperar al América, sin que pusieran más de la cuenta para buscar los goles, que más de 50 mil aficionados esperaban ver.

Conforme avanzó la tarde, la gente fue poblando el Coloso de Santa Úrsula, pero los goles se negaban a caer, por más intentos que hicieron las Águilas, hasta con jugadas a balón parado, donde tampoco tuvieron suerte.

Osmar Mares no pudo concretar un tiro libre que salió arriba del travesaño del arco del Atlético. Moisés Velasco y Jiménez tampoco tuvieron suerte para el complemento; lo mismo sucedió con Héctor del cuadro hispano que tampoco pudo acertar frente a González.

Cerca del final se calentaron Juanfran y Martín Zúñiga, sin embargo el conato no pasó a mayores.

Apenas silbó el árbitro y el abucheo no se hizo esperar, para un encuentro sobre el cual se levantaron demasiadas expectativas.