Red Bull, que ha ganado dos veces este año, quiere volver a batir a Mercedes, que domina con autoridad la Fórmula 1, en el Gran Premio de Bélgica que se disputará el domingo en el circuito de Spa-Francorchamps.

La escudería cuádruple campeona del mundo comenzaba a levantar la cabeza cuando la llegada de la pausa estival frenó en seco su progresión.

Pero en el equipo de la bebida energética mantienen su confianza en el australiano Daniel Ricciardo, quien demostró su valía con las victorias en Canadá y Hungría, y en Sebastian Vettel, vigente cuádruple campeón mundial, para que den un buen espectáculo en el tobogán de las Ardenas.

"Es un verdadero circuito de carreras en el que puedes luchar rueda a rueda", señala el australiano, para quien la parte más interesante de la pista es "la doble (curva de) izquierda de Pouhon, en descenso (giros 10 y 11), porque es muy rápida".

El nacido en Perth incitó a los aficionados a que vayan a los bosques a buscar el mejor punto para ver la carrera.

Más serio, Vettel recordó que fue en Spa donde el año pasado inició una serie de nueve victorias seguidas que le aseguraron su cuarto entorchado mundial. Desde el año pasado, el alemán no ha ganado un solo Gran Premio y su contador de triunfos sigue estancado en 39.

Como ya tiene 27 años, el piloto ha entrado en el club de los nostálgicos y evoca la famosa chicane de l'Eua Rouge para hablar de uno de sus circuitos preferidos porque es el mejor integrado con su entorno.

El alemán ya ha ganado dos veces en Spa (2011 y 2013), pero el británico Lewis Hamilton, quien ganó en 2010, y el alemán y líder del Mundial, Nico Rosberg, siguen siendo los hombres a batir.

El circuito debería favorecer a los monoplazas cuyo motor sea más potente, en este caso Mercedes, pero la inestabilidad meteorológica podría complicar la carrera.

Una cuestión de honor

"El parón de verano ha sido una buena oportunidad para relajarse y reflexionar sobre un inicio de la temporada increíble para nuestro equipo", resumió un Hamilton muy positivo antes de salir hacía Spa.

Tras la remontadas de locos que protagonizó en Alemania y Hungría, el británico siente que la suerte está cambiando para él y quiere retomar la lucha por el título con su compañero Rosberg.

Después de 11 carreras, el rubio Nico gana en puntos (202 frente a 191) y en el número de poles (6 a 4), aunque Lewis suma más victorias (5 a 4).

No parece que vaya a haber órdenes de equipo ya que todo apunta que Mercedes, aunque no sea de forma matemática, tiene casi asegurado el Mundial de constructores, en el que suma 393 puntos frente a los 219 de Red Bull.

Tras los años de dominio absoluto de la marca austriaca, batirles lo más ampliamente posible es también una cuestión de honor al margen de los cuatro favoritos, de las dos escuderías dominantes, otros 18 pilotos intentarán lo imposible en este Gran Premio de Bélgica de los otros que también se anuncia trepidante.

Los pilotos de Ferrari y Williams serán los protagonistas de esta "otra carrera", con el podio del mundial de constructores en juego y porque tanto el español de Ferrari Fernando Alonso (115 puntos) como el finlandés de Williams Valtteri Bottas (95) quieren seguir aspirando a la tercera posición en la general que ocupa Ricciardo (131). En Spa, todo es posible.