Con el "bautizo" de tres jugadores en el Tri Mayor y un par de exámenes arrancó el ciclo de la Selección Nacional hacia Rusia 2018, con más tonos grises que claros.

Luis Venegas, Érick Torres y Oswaldo Alanís trataron de cautivar al cuerpo técnico tricolor, a la afición y a la crítica de tener los atributos para estar en el combinado mexicano y sentar las bases para quedarse.

Dos elementos de la línea defensiva y un eje de ataque fueron parte de una doble exhibición de muy pocos aplausos para el equipo comandado por Miguel Herrera.

Oswaldo Alanís (Santos Laguna)

Fue el de mayor tiempo en el campo de los tres debutantes, al participar en los dos partidos y ser parte, principalmente, del 11 que formó ante Chile donde jugó el grueso de los habituales titulares en el equipo nacional.

Alanís disputó los 90 minutos ante los chilenos y luego entró en los cinco finales del cotejo contra Bolivia. Formó parte de la línea de tres centrales que maneja Miguel Herrera y en lo general estuvo lejos de la expectativa, al fallar en varias de sus coberturas y no rechazar de manera inmediata los balones con peligro de parte del conjunto andino.

En el poco tiempo que jugó ante Bolivia, la defensa nacional tuvo las mayores complicaciones, incluso al borde de sufrir el empate, de tal forma que no colaboró demasiado en la solución de los problemas atrás.

Luis Venegas (Atlas)

Jugó los 90 minutos del partido contra Bolivia.

Mostró ligeramente mayor seguridad que Alanís, aunque encaró a jugadores menos peligrosos y sin tanta presión y dinámica. Se olvidó de lucir, pero resultó cumplidor en su zona, la zaga central.

Sus intervenciones no fueron tan frecuentes al no fabricar los bolivianos muchas jugadas al ataque, pero trató de ser  certero en la generación de salida. Se mostró con fuerza en las coberturas.

El despiste le llegó hacia el final, ya que se desubicó en la marca y dejó en solitario a un defensa rival que se agregó al ataque, quien remató y cerca estuvo de empatar el duelo.

La concentración es su aspecto a mejorar, aunque sus dotes no se vieron demasiado por la escasa exigencia del adversario.

Érick Torres (Chivas USA)

A pesar de toda su voluntad, no pudo escapar de este grupo de jugadores en el Tri que no respondió en la zona de ataque, con apenas un gol en dos partidos.

Torres sólo participó en el juego frente a Bolivia, lo jugó completo y en el rendimiento físico podría apuntarse el calificativo de sobresaliente, al tener movilidad en el área, buscar los balones, correr hacia abajo para hacer paredes y esforzarse por rematar.

Pero la puntería no estuvo de su lado y no pudo quitarse la marca de los bolivianos ni combinarse de la mejor manera con el otro atacante nominal, Javier Orozco.

Mucha voluntad y pobre precisión. Al final, no pudo hacer un gol, el factor que más demandó la Selección en todo el viaje. Con todo y su dinamismo, la principal tarea no la realizó.

Falla 'Chuletita' a la hora buena

Además de tres debuts, la Selección Nacional le dio juego a otros cuatro futbolistas con pocas apariciones en el equipo y un saldo final de regular hacia abajo.

El ejemplo más claro de ello fue el delantero Javier Orozco, quien gozó de ocasiones para hacer su primer gol con la casaca del Tricolor, para aniquilar a un conjunto muy técnico y rápido como Chile, pero desperdició las mejores llegadas.

En el primer partido, el "Chuletita" resaltó por un par de jugadas donde México se acercó a la anotación, pero no tomó la mejor decisión para mandar el esférico al fondo de la portería contraria y así se decretó el 0-0.

Y contra Bolivia, donde inició y jugó 62 minutos, casi pasó inadvertido de no ser por un acercamiento mexicano donde otra vez no conectó de la mejor manera y apagó el fuego en lugar de avivarlo.

Orozco no encontró su mejor desempeño en esta oportunidad con el representativo nacional.

Otro que no entregó las mejores cuentas fue Rodolfo Pizarro, a quien le faltó encarar más por el costado derecho, desbordar a línea de fondo, y no sólo aparecer para sujetar el balón y luego perderlo ante la presión de sus marcadores.

El central Miguel Herrera Equihua también sufrió en su partido como titular ante Chile. Comprometió a sus compañeros de línea al no ser muy atinado a la hora de la salida y perder balones. Tuvo dificultades con pases a ras de suelo de los contrarios.

Y Antonio Ríos fue el más seguro de los cuatro, menos nervioso, con mayor aplicación, pero sin mantener la misma intensidad todo el tiempo que participó contra Bolivia.