Pretextos no tienen y lo demuestran.

Su edad no es un impedimento para correr, la desafían y logran su cometido: sentirse vivos.
Un segundo aire adquiere el grupo de corredores de la tercera edad que está activo en un programa conjunto entre el DIF Jalisco y el Code.

Parecen niños con juguete nuevo cuando llegan a la pista, el motor que los impulsa para seguir cruzando metas.

En 1991, Alejandra López fue la fundadora del proyecto y, junto con ella, llegó Ernestina Ramírez, una corredora sin límite. Entonces tenía 71 años; hoy, a sus 84, continúa al frente de la nave.

Ella es el alma cuando viajan a competir, eso sí, las bromas y su buen humor siempre están en sus maletas.

"Ha sido una bendición, porque a mis años, tengo 84, me siento todavía competente para ir a competir a los lugares que sean, tengo muy buenas amistades y una entrenadora buenísima que me da miedo cuando grita, aunque yo en ratos soy un poco indisciplinada.

"Muchas veces no estoy de acuerdo en los calentamientos que hace y yo hago los míos a mi manera, como yo los hacía antes. Toda la modernidad es tremenda, ¿verdad?, pero sí hago caso, por eso he llegado a ser campeona mundial", comenta con alegría.

Italia, Finlandia, Brasil, Costa Rica son algunos de los países en los que se ha impuesto en los 100, 200 y 400 metros planos. Pero eso es sólo un estímulo más: a ella le interesa ganar en el día a día.

Difícilmente se registra inasistencia en los entrenamientos, los martes y jueves por la tarde, mientras que los sábados comienzan a las 8:00 horas y conforme van terminando sus rutinas abandonan la Unidad Revolución, de Zapopan.

"Me voy rápido, porque es el día que me visitan mis hijos", se escucha una explicación.

"Aquí encuentro la alegría de vivir, me gusta venir los martes, los jueves y los sábados", afirma la nacida en Ayotlán, Jalisco.

La travesía llevará al grupo de corredores al campeonato que se celebrará en julio del año próximo, en Francia, donde la lluvia de medallas es inminente.

Campeón sin límite

La marcha es su alimento básico; ganar medallas, el complemento.

José Luis López, de 64 años, lo ha ganado todo en su disciplina: en 16 ocasiones ha sido campeón mundial.

En donde quiera que asiste a competir cruza la meta y ratifica que es el mejor, pero no todo es sonrisa para el orgulloso de Arandas, pues sus hijos en repetidas ocasiones le piden que se dedique a trabajar y deje de correr.

"Mis hijos me dicen 'sabes qué, papá, ya deja el atletismo, ponte a trabajar'. ¿Qué hago? Quiero seguir porque todo mundo me reconoce, me toman fotos, 'eres marchista a nivel mundial e internacional'. Tengo 64 años y le gané a los de 30, 35 y 40 (años)", afirma López.

Cuando el equipo viaja a suelo extranjero, el DIF Jalisco y el Code cubren transporte y hospedaje, pero cada corredor tiene que pagar sus comidas; algunos no pueden, pero otros con mayor capacidad económica les brindan apoyo.

"Esta vez que fui a Costa Rica ya gasté todo, como 12 mil pesos de mi bolsa. Voy a una empresa a que me consigan patrocinadores (y me dicen) 'no, ahorita no'", se lamenta.

En varias ocasiones ha sido reconocido en Celaya, Guanajuato, por su trayectoria, mas no en Guadalajara, donde se ha formado como marchista.

"La primera vez, (me dieron) una placa; la segunda, pusieron una placa metálica con mi nombre pegada a la unidad deportiva y la tercera vez, campeonato nacional de marcha 'José Luis López, máximo medallista mundial'. Yo no soy de allá, soy de Jalisco", aclara.

Tienen sus gajes

Emergencias médicas, por fortuna no con consecuencias graves, así como otros contratiempos, son parte de las cuestiones que deben sortear los deportistas de la tercera edad, cuenta Alejandra López, la entrenadora de proyecto.

"En basquetbol, se me infartó un jugador, entonces, 'córrele y atiéndelo' y 'tú esto, tú aquello'. Afortunadamente en el equipo siempre he tenido doctores.

"(Al paciente) lo operaron en Jalapa, lo trasladaron hasta los 2 ó 3 meses. Fue un impacto, no ganamos la Final porque todo mundo se me desinfló", narra.

En otras ocasiones, las barreras son de tipo cultural, aunque no van más allá de las anécdotas o curiosidades.

"En marcha, una señora, era su primera participación, y le dicen 'no debe hacer la marcha con pantalón largo, debe ser con licra', entonces, ya a la salida, la señora se quitó el pantalón y se dejó la camiseta larga.

"Donde llega la televisora a grabarla porque había ganado primer lugar, la señora dice 'no, no me entrevisten porque mi marido nunca me ha visto en short y si me ve, me va a correr'", recuerda.