Los Leones ya saben lo que se siente estar en esta situación.

Tienen un récord decente (7-4) y están en posición de acudir a la postemporada; sin embargo, después de dos malas actuaciones, jugar en enero ya no se ve tan seguro.

"Nadie está más feliz que nosotros de que el juego sea en jueves, estamos listos. Claro que cuando pierdes un partido es decepcionante, y dos al hilo, es todavía más", manifestó el pasador Matthew Stafford.

Los Leones se cayeron del primer lugar de la NFC Norte con descalabros ante Arizona y Nueva Inglaterra, y ahora la presión recaerá en su estadía de tres duelos en casa, que comienza este jueves antes los Osos.

Los felinos son favoritos y el futuro luce prometedor, ya que después se medirán ante Tampa Bay y Minnesota, aunque si caen una vez en ese lapso, podrían estar en problemas.

La última vez que se midieron a Chicago ganaron 21-19 y completaron la barrida en el rol regular de 2013. La victoria los puso 6-3, pero luego perdieron seis de los últimos siete y no fueron a Playoffs.

Así que el haber iniciado 7-2 este calendario no les garantiza nada.

Los Osos (5-6) parecían no tener posibilidad alguna después de permitirle más de 50 puntos a Patriotas y Empacadores en semanas consecutivas.

Sin embargo, desde entonces vencieron a Vikingos y Bucaneros. Después de enfrentarse a los Leones, jugarán tres de sus últimos cuatro duelos en su terreno, y aunque la postemporada se ve lejana, lo peor ya quedó atrás.

"Creo que coaches y jugadores merecen todo el crédito. Dejaron las cosas malas atrás y regresaron a trabajar. Eso es lo único que ha sido consistente de nuestro equipo hasta ahora, no importa si ganamos o perdemos, hemos vuelto al trabajo", declaró el entrenador en jefe Marc Trestman.

La última vez que ambos se enfrentaron en el Día de Acción de Gracias fue en 1999 y Detroit ganó 21-17.