¿Funcionará la apuesta a los Dodgers?

Tras reemplazar a Ned Colletti como presidente de operaciones beisbolísticas, Andrew Friedman tomó la decisión de reconstruir a un equipo que ganó 94 partidos en la temporada pasada, pero volvió a quedarse corto del banderín de la Liga Nacional.

Friedman tomó la arriesgada apuesta de deshacerse de gran parte de sus estrellas para apostar por veteranos cuyos mejores años en las Mayores ya pasaron.

Se deshizo del jardinero Matt Kemp, del estelar segunda base Dee Gordon, del parador en corto/tercera base Hanley Ramírez, del cuarto abridor Dan Haren y del relevista Brian Wilson.

Trajo en lugar de ellos al segunda base Howie Kendrick de los Angelinos (31 años), al parador en corto Jimmy Rollins de los Filis (36 años), al receptor Yasmani Grandal de los Padres, al pitcher abridor Brandon McCarthy de los Diamantes y a un grupo de nuevos relevistas con los que busca estabilizar el bullpen.

Cuando a Friedman se le recuerda la molestia que causaría en los aficionados no llegar a la Serie Mundial tras haber reconstruido a un equipo ganador, Friedman responde con una sonrisa.

"No más de la que nos causará a mí y a mi jefe", dijo.

Friedman salió en el receso de la organización de Tampa Bay para hacerse cargo del equipo que más dinero gasta en las Mayores, y no tardó mucho en echar mano de la chequera para negociar a los peloteros no deseados, así como para traer a nuevas caras.

"Viendo al equipo en la Serie Divisional de octubre pasado ante los Cardenales, creo que con mayor velocidad, tanto en los senderos como a la defensiva, el resultado pudo ser otro. Vamos a ver", comentó.

Los Dodgers, que este año encabezaron las Grandes Ligas con una nómina de 257 millones de dólares, pagarán 32 de los 107 millones de dólares que cobrará Kemp en las próximas cinco temporadas por jugar con los Padres, y 10 millones de dólares tanto a Wilson como a Haren por no lanzar con los Dodgers.