Tom Brady convirtió los malos augurios de los reclutadores en títulos y premios en la NFL.

El pasador de los Patriotas se presentó al combine del 2000 como cualquier otro novato en busca de un lugar en la mejor liga de futbol americano.

Sin embargo, su apariencia y rendimiento casi provocaron que algunos reclutadores lo condenaran a una carrera sin futuro.

En la prueba de las 40 yardas, Brady detuvo el cronómetro en 5.28 segundos, tiempo muy por debajo del promedio (4.87) para un jugador de su posición, así es que las críticas comenzaron a llegar.

"Pobre constitución física. Muy delgado. No tiene un brazo fuerte, no lanza con profundidad y su espiral es mala. Es demasiado delgado y frágil. Carece de movilidad y de la capacidad para evitar la presión", decía la ficha del mariscal antes del Draft de esa temporada.

Con reservas, los Patriotas lo tomaron en la sexta ronda, después de haber pasado antes 198 jugadores.

Cuando Brady arribó a Nueva Inglaterra era el cuarto mariscal en turno, detrás del titular Drew Bledsoe, John Friesz y Michael Bishop.

En su año de novato sólo tiró tres pases y para 2001 comenzó de una forma peculiar la historia del mejor quarterback en la historia de la franquicia.

En el segundo duelo de la campaña, el linebacker de los Jets, Mo Lewis, tacleó en el pecho a Bledsoe y le causó una hemorragia interna, lo que provocó el ingreso de Brady, quien nunca volvería a saber lo que es ser suplente.

El coach en jefe, Bill Belichick, vio los frutos de su decisión con el primer trofeo Vince Lombardi del club en esa campaña; para 2003 y 2004, Brady guiaría al equipo a conseguir dos coronas más.

El sexto sentido de Belichick le dio la razón, pues no todo el contenido de los reportes era negativo, pues así como se le hicieron notar sus carencias, otros scouts resaltaron su buena estatura (1.93m) para ver el campo, su serenidad, compostura e inteligencia, además de la capacidad para leer defensivas, puntería y liderazgo.

Así es que Brady es muestra de que los logros a nivel universitario y el desempeño en el Combine no necesariamente dictan el éxito en la NFL y mucho menos las proyecciones de los scouts.