Menos "Flaco", pero más curtido.

Luis Fernando Tena cumplió ayer 20 años como técnico en la Primera División, de esa experiencia inicial en la que tuvo que dirigir a La Máquina apenas unas horas después del cese de su maestro Enrique Meza y con un ambiente tenso por la latente rescisión de contrato de algunos jugadores.

El "Flaco" celebró el triunfo por 3-1 sobre Veracruz, en el que el primer gol lo marcó Carlos de Oliveira Pintado (ahora es su auxiliar), la punta de despegue en un torneo en el que condujo a Cruz Azul a la Final que perdió contra el Necaxa más dominante de la historia.

"Muy contento de estar 20 años y tener la bendición de trabajar en lo que me gusta, en lo que es mi vocación, mi pasión. Conozco el oficio, lo que me han enseñado las derrotas y los buenos momentos, me siento muy bien, fuerte y en plena madurez.

"Cumplí el pasado fin de semana 57 años (el 20 de enero), así que me siento en un buen momento para ejercer una profesión cada vez más complicada", dijo el técnico a CANCHA.

Tena ha estado en los dos polos. Por un lado se coronó en el Invierno 97, el último título de Liga del Cruz Azul, pero también soportó la caída en el Invierno 99 frente a Pachuca, la primera de las cinco Finales perdidas en el torneo local.

Mientras celebró por lo alto la medalla de oro de los Juegos Olímpicos en 2012 y el campeonato en Panamericanos y Toulon, aguantó el cese en Selección Mexicana con José Manuel de la Torre.

"Después de 20 años todos tenemos buenos momentos, derrotas dolorosas y algunas cosas qué celebrar, como es el futbol y la vida misma. Todos ganamos y perdemos, nos toca de una u otra.

"Tratar de mantener el equilibrio, una estabilidad emocional que es lo primero que le pedimos a los jugadores y luego siempre tratando de superarte, crecer, aprender porque todo es competencia pura, competimos contra muchos técnicos en el mundo y todo es globalizado, muchos técnicos que van surgiendo, los que quieren venir del extranjero", mencionó.

Luis Fernando también ganó en el Invierno 2000 como técnico de Monarcas.

Paradójicamente, su portero era Ángel David Comizzo, el mismo que años atrás, pero como rival, le dio aquella patada a Carlos Hermosillo y provocó el penal con el que se coronaron Tena y los cementeros.

Ahora tiene en el horizonte ese ansiado título para Cruz Azul, que culmine con la cantaleta de los 17 años y que lo integre al círculo de técnicos legendarios del equipo.