Luego de los resultados de Wrestlemania 31, La Autoridad incrementó su poder.

Y es que el grupo encabezado por Triple H se llevó el triunfo en tres de las batallas más importantes del máximo evento de la WWE, que el pasado domingo fue presenciado por 76 mil 947 aficionados en el Levi's Stadium de esta ciudad.

Big Show mostró su poder al ganar la batalla real en Honor a André el Gigante, dejando de manifiesto que es prácticamente invencible, pues se dio vuelo eliminando a más de 10 rivales que osaron cruzarse en su camino.

Posteriormente, Triple H derrotó, con polémica, a Sting, a quien la mayoría de los aficionados veían como el hombre que iba a acabar con los atropellos de La Autoridad y quien terminó por ser una más de sus víctimas.

Quizá lo más desconcertante es que el Vigilante aceptó sin protestar el resultado de la contienda, cuando seguramente los fans esperaban que pidiera una revancha, e incluso estrechó la mano de Triple H al final, como aceptando que la rivalidad está terminada.

Sting había manifestado antes de Wrestlemania que este sería muy posiblemente su duelo final, así que quizás vimos lo último de uno de los principales enemigos Hunter y compañía.

Seth Rollins perdió su duelo ante Randy Orton y eso fue un gusto para los aficionados, pero no contaban con el oportunismo del ex integrante de The Shield, a quien poco le importó esa derrota pues estaba concentrado en buscar una oportunidad por el título de la WWE.

Y al final Rollins logró su objetivo, pues aprovechó el cansancio y desgaste de Roman Reings y Brock Lesnar y se convirtió en el nuevo monarca absoluto de la compañía al cambiar su maletín de Money in The Bank, integrarse a la lucha y llevarse la victoria.

Con la baja popularidad de John Cena, parece que sólo Daniel Bryan y Randy Orton pueden hacer frente a La Autoridad, pero hasta para ellos luce como una misión muy complicada.