La genética de este Pachuca, de nunca darse por vencido, surgió una noche en Querétaro.

Sin chocar en alguna Liguilla, los Tuzos ya jugaron una Final gracias, en parte, a los Gallos Blancos, su rival hoy en la Semifinal de ida del Clausura 2015.

Con expresiones como "gesta", "épico" y "milagroso", la prensa calificó la noche del 25 de abril de 2014, cuando el Pachuca se levantó de un 3-0 en contra y en los últimos 15 minutos, entre el 74' y el 89', marcó cuatro goles para clasificar a la Liguilla y eliminar al Querétaro.

"Hubo llanto de varios jugadores, del 'Conejo' (Óscar Pérez) porque había tenido contribución en dos de los goles, se había equivocado. Al final, darle la vuelta, poder clasificar, fue algo fue muy emotivo para todos, nunca se bajaron los brazos, el equipo luchó hasta el final", dijo a CANCHA el volante Jürgen Damm.

De aquel episodio, sobreviven en el Pachuca Damm, el "Conejo", Rodolfo Pizarro, Miguel Herrera, Walter Ayoví y Diego de Buen; Hirving Lozano y Érick Gutiérrez también, pero ahora están con el Tri Sub 20.

Por el Querétaro se mantienen Gil Burón, Miguel Martínez, Yasser Corona, George Corral, Mario Osuna, William da Silva y Marco Jiménez.

Desde ahí, el ADN del Pachuca conlleva el superar la adversidad.

"Hemos clasificado los últimos tres torneos a Liguilla y ha sido así, contra Querétaro el 4-3, el torneo pasado contra Veracruz teníamos que ganar y al minuto 92' metimos el gol.

"Ahora íbamos empatados (ante Veracruz), estábamos casi fuera, al 89' metimos el gol del gane, teníamos que esperar cinco resultados y se dio. No podemos seguir siendo irregulares, pero se ha mostrado esa fortaleza mental y física para en todo momento luchar", dijo Damm.

Por eso el pasado domingo, los Tuzos no se doblaron cuando el América marcó al 88' el gol que los eliminaba; respondieron con dos anotaciones.