De los tuits políticos al abuso publicitario, de los insultos a los árbitros a la presunta agresión a un cronista deportivo.

Menos de dos meses le han bastado a Miguel Herrera para ensombrecer su imagen como técnico de la Selección Mexicana, a la que dirige desde octubre de 2013.

El pleito con Christian Martinoli, suscitado ayer en el aeropuerto de Filadelfia (en el que se le acusa de llegar a los golpes), es el último eslabón de una cadena de polémicas que arrastra el "Piojo" desde aquel 7 de junio con la publicación de los tuits apoyando al Partido Verde Ecologista de México en las elecciones federales.

La presunta distracción provocada por el Tri al enfrentar a Brasil en plena jornada electoral no frenó al "Piojo", quien además no podía votar al estar en Sao Paulo.

El técnico prometió la Final de la Copa América y fue uno de los 4 eliminados de los 12 que compitieron en la Fase de Grupos. Culpó a los árbitros.

A su regreso prematuro a México calificó como una "pendejada" sus tuits políticos. Además, descartó un conflicto con la prensa al decir "hay un solo pendejo que me ataca" y advertir que ya se lo encontraría...

Martinoli se puso el saco y calificó a Herrera como un "barrabrava".

El "Piojo" se disculpó en Twitter por las palabras altisonantes, dos minutos después de culminada esa conferencia de prensa en el aeropuerto de la Ciudad de México y en la que estuvo acompañado por el director de Selecciones Nacionales, Héctor González Iñárritu. Después, invitó al comentarista a discutir sus diferencias.

Miguel ya cargaba las críticas por tantos comerciales y tan pocos resultados. Dijo que no ocupaba horas de trabajo y que debía de cumplir con los patrocinadores del Tricolor.

Lo mismo apareció en la campaña turística "Chiapasiónate" que promocionando una marca de agua potable o a una compañía telefónica.

El "Piojo" dejó de tuitear a diario.

En la Copa Oro vaticinó una sencilla Fase de Grupos, pero fue el blanco de los cuestionamientos por la fragilidad defensiva y la escasa contundencia.

Los futbolistas culparon a los medios de enturbiar el entorno y Herrera avaló la decisión de que no volvieran a dar declaraciones.

Mientras, en cadena nacional, el timonel llamó "payaso" a un analista televisivo que lo cuestionó al percibir rebeldía de la plantilla; justificó su calificativo al decir que era amigo del periodista.

El árbitro guatemalteco Walter López y el estadounidense Mark Geiger le regalaron a México penales decisivos para su clasificación a la Semifinal y a la Final, lo que le dañó aún más a la desgastada credibilidad de la Concacaf y dejó la sensación de que el Tri ganaría la Copa Oro a cualquier precio.

Herrera comentó que los silbantes también lo han perjudicado en su trayectoria como técnico.
El respaldo de los hermanos Dos Santos al avalar el conflicto del "Piojo" con Martinoli evidencia a quién perciben los futbolistas como el enemigo.

Y mientras Justino Compeán calla por el asunto y Decio de María está por recibir una papá caliente en cuanto asuma como presidente de la FMF (el sábado), el "Piojo" se propina unas zancadillas que hoy lo tienen dando tumbos como técnico de la Selección Mexicana.