La NFL festejó el 50 aniversario del Súper Tazón, y entre miles de aficionados había uno que festejó su décimo.

Mario García, originario de Michoacán, asistió por décimo año consecutivo al Súper Domingo, pero no portaba el jersey de Peyton Manning o de Cam Newton, sino la indumentaria del Chavo del Ocho, personaje del fallecido Roberto Gómez Bolaños.

"Llevo 10 años que no me pierdo el Súper Bowl", mencionó.

"También voy a los Mundiales de Futbol, no me los pierdo", dijo orgulloso García, quien estaba acompañado de su familia, solo que él era el único disfrazado.

García dijo estar con Denver para este partido, lo mismo que la mayoría en el Levi's Stadium, que superaban a los seguidores de las Panteras y pintaron de naranja y azul las gradas en un rango aproximado de tres a uno.

Unas cinco horas antes de la patada de salida, los fans comenzaron a hacer su arribo al estadio, y de inmediato abarrotaron las tiendas y los locales de venta de souvenirs. En un punto, se tenían que hacer filas de hasta 45 minutos para poder llegar al mostrador. En ocasiones en vano, pues los productos se agotaban rápidamente.

La fanaticada llegó dispuesta a gastar, pues también los puntos de bebidas y comida estaban saturados, sin importar que la cerveza más barata costaba 13 dólares y una botella pequeña de agua 7 dólares. Otros aprovecharon la App del estadio para ordenar sus productos mediante su teléfono celular.

Alrededor del Levi's Stadium se montó un fuerte dispositivo de seguridad, valiéndose de elementos fuertemente armados, perros entrenados y vehículos de uso militar.

Pero nada echó a perder la fiesta californiana, que fue un marco perfecto para los 50 años del Súper Domingo.