Marco Estrada ha llegado muy alto esta temporada, pero no olvida de dónde viene.

"Sé de dónde vengo, de la nada. Yo incluso viví en estacionamientos, solos estuvimos ahí mi mamá y yo", reconoció hace unos días al Toronto Sun.

"Ella es la otra razón por la cual pude llegar a la universidad: trabajaba mucho para que pudiéramos pagar la renta de donde vivíamos".

Ahora, Marco tiene 2 hijos junto a su esposa Janai. Nunca conoció a su padre, por lo cual su familia es un pilar importante en su carrera.

"Nunca lo conocí, nunca pregunté por él, nunca me importó (...) no me perdí de nada (sin un padre), mi mamá hizo un gran trabajo".

Su madre formó un hogar en una de las zonas más peligrosas del Valle de San Fernando, California, a donde emigraron cuando Marco tenía 5 años.

"No era la mejor área, pero era mi hogar, así que me sentía seguro ahí. Seguido escuchaba a los helicópteros de la policía sobrevolando la zona. Crecí viendo muchas cosas, pero amaba ese lugar".

Silvia cruzó la frontera sola, con su hijo pequeño, tratando de encontrar el sueño americano que le garantizara una mejor vida al pequeño Marco. En California, comenzó a trabajar limpiando casas y cuidando niños.

"Trabajaba muy duro para comprarme mis spikes y el guante que usaba".

Ella fue el motor principal para que Marco se enfocara en los deportes y se alejara de los peligros de la calle.

"Me decía: 'No quiero que regreses de la escuela y te quedes sin hacer nada. Tienes que practicar algún deporte'. Ella sabía del barrio y por eso se preocupaba; yo tuve amigos que eran buenos para el beisbol, pero no salieron vivos de ahí".

Tras 10 años de carrera y luego de firmar en la pretemporada su primer gran contrato, a los 32 años, por fin consiguió su logro más grande.

"Desde que nos mudamos a los Estados Unidos, hasta este año, ella ha trabajado. Finalmente pude decirle que lo dejara de hacer, se acaba de retirar, le dije que ya no tenía que trabajar más".


Todo un acertijo

Si el lanzador que tiene el promedio de bateo en contra más bajo de las Mayores es el mejor de las Grandes Ligas, entonces en este momento, no hay nadie mejor que el mexicano Marco Estrada.

El sonorense limita a las ofensivas rivales a un promedio de .168, eso quiere decir que de cada cien turnos, sólo 16 veces el rival logra pegar un imparable.

Ni Clayton Kershaw, Jake Arrieta, Max Scherzer, Madison Bumgarner o José Fernández tienen mejor registro que el mexicano; ni siquiera Fernando Valenzuela, en sus mejores épocas logró lo que está haciendo el derecho de Toronto. Estrada está dejando a todos con la boca abierta.

"Cuando Estrada lanza ese cambio de velocidad, me quedé de '¡wow! Ése es un gran pitcheo", reconoció Paul Goldschmidt, primera base de Arizona.

"No tiene (Estrada) velocidad en la recta, pero luego mezcla eso con colocación y sabe cómo lanzar. Lo enfrentas y es como 'hombre, no me dio nada que pudiera batear'. Prefieres enfrentar a alguien que te lance por el medio del plato, sin importar la velocidad, es mejor que alguien que te pinta las esquinas: afuera, adentro, arriba o abajo. Estrada lo hace mejor que nadie", analizó el 3 veces All Star y candidato al Jugador Más Valioso de la Nacional.

El nativo de Ciudad Obregón está haciendo méritos suficientes para ir al Juego de Estrellas.