Cuando los taekwondoínes de Nuevo León se entregan en el tatami de la Olimpiada Nacional buscando las medallas de oro, los padres de familia regios viven el certamen con la misma intensidad en las tribunas.

Ayer, ante la mirada de decenas de familias que hicieron el viaje a esta sede para estimular a sus hijos, la delegación estatal llegó a 20 preseas doradas para mantenerse como líder del certamen.

Uno de los muchos ejemplos de las familias regias, fue lo vivido por Isabel Aguirre en la Final de los 63 kilos, cuando era alentada por su mamá, Sonia Garza.

Tras un complicado combate, finalmente la pupila del entrenador Alberto Chávez en la Academia Vonnacher, no se quería levantar del piso incrédula por su victoria ante Diana Meza, de Puebla, mientras su madre se derretía en la tribuna.

"Somos una familia que practica el taekwondo desde hace 10 años. Yo, mi hija, mi esposo (Jesús Aguirre), y sus hermanos (Emilio y Andrés), todos estamos en lo mismo, lo vivimos con gran intensidad y más cuando se gana el oro", explicó emocionada Garza.

En otro frente, Emiliano Cruz dominó la categoría de los 73 kilos que significó el segundo podio de honor de la jornada para la delegación de Nuevo León, mientras era observado por su madre, Verónica García.

"Su familia y la del taekwondo somos la porra número uno de Emiliano, como que a veces uno quiere meterse a pelear, pero él sabe defenderse, no deja uno de derretirse por la emoción y siempre ha sido lo mismo desde el 2010", expresó García.

Para cerrar la jornada del taekwondo, Alejandra Carrizales, comandada por los técnicos Ismael Zaragoza, Julio Ramos, Johan Weighend y Benjamín Barrera, se apuntó con la presea de plata.

Hoy, en el último día de acciones, Nuevo León espera incrementar su cosecha dorada en la modalidad de Team 5 (equipos).