Los Cuervos de Baltimore visitan mañana a los Vaqueros de Dallas en un duelo entre líderes divisionales.

Las semejanzas entre ambos, sin embargo, empiezan y terminan ahí.

Dallas es el equipo más enrachado de la NFL, no ha perdido desde la Semana 1 y encabeza la División Este de la Conferencia Nacional con marca de 8-1.

Cuenta con una dinámica ofensiva encabezada por la mejor línea de la liga y los sensacionales novatos Dak Prescott, pasador, y Ezekiel Elliott, corredor.

Los Vaqueros atraviesan por una racha de ocho triunfos, lo que no ocurría desde 1977, y parecen tener cuerda para mucho más.

Aunque los Acereros expusieron la semana pasada su punto débil, la defensiva, el ataque tuvo los tamaños para responder a la hora de la verdad y mantener la marcha victoriosa.
El equipo de la estrella solitaria ya piensa no sólo en los Playoffs sino en la posibilidad de conseguir la ventaja de jugarlos en casa.

Por el otro lado, la única razón por la que los Cuervos (5-4) ocupan el primer lugar de la División Norte de la Conferencia Americana es por el mediocre desempeño de sus rivales de sector.

Los Cuervos son un equipo afecto a las rachas, quizás demasiado. Iniciaron la temporada con tres victorias, después ligaron cuatro descalabros y ahora llevan dos triunfos seguidos, en los que han dejado más dudas que certezas.

El propio símbolo de la franquicia, el retirado linebacker Ray Lewis, se atrevió a señalar que el pasador Joe Flacco no siente la más mínima pasión por lo que hace.

El mariscal de campo respondió que Lewis tiene derecho a decir lo que quiera, pero el entrenador en jefe John Harbaugh sí salió en defensa de su jugador al indicar que si hay un profesional comprometido con el equipo y que luchaba al máximo en cada partido, ése era Flacco, al margen de como expresa o no sus emociones.