La angustia de una madre tiene un precio para desaparecer.

Y es que las autoridades les pusieron un candado de billetes a los seguidores del Atlas detenidos tras los disturbios en el Clásico Tapatío, pues aunque tienen derecho a fianza, las sumas parecen inalcanzables.

Tras ser enviados a Puente Grande, el Juzgado Décimo Primero de lo Penal fijó una caución -colectiva- de un 1 millón de pesos como garantía de la reparación de los daños y lesiones ocasionadas cuando los implicados invadieron la cancha del Estadio Jalisco.

La juez estipuló, además, otro monto de 100 mil pesos como fianza personal para 11 de los 12 barristas detenidos que pueden solicitar este beneficio.

La Fiscalía General del Estado corrigió el número de detenidos tras los disturbios, pues, inicialmente se había comunicado que 9 sujetos fueron enviados a Puente Grande tras los desmanes, sin embargo, al caso se sumaron otros tres sujetos, detenidos afuera del Estadio Jalisco por agredir a elementos de seguridad privada.

Con esto, cada inculpado tendría que cubrir alrededor de 200 mil pesos para continuar su proceso penal fuera de prisión, según representantes del Colegio de Abogado Penalistas, el cual defenderá a los jóvenes.

Los litigantes manifestaron que la fianza era alta porque Atlas querían achacarles las multas de 490 mil 700 pesos que les impuso la Liga MX y 268 mil pesos del Ayuntamiento de Guadalajara.

Sin embargo, la directiva de los Zorros argumentó en un comunicado que cada uno tendría que pagar un millón de pesos para dejar el Reclusorio.

Los montos fueron como un golpe en la cara para los familiares de los acusados, pues no
creen reunir esas cantidades.

Las madres y parientes reconocen que sus hijos se equivocaron, pero no están haciendo justicia a la medida de sus faltas.

"Están todos asustados, la verdad que no se vale que los traten así, no son criminales ni asesinos, sí se metieron a la cancha, pero a ellos fueron los únicos que agarraron y quieren cargarles la mano", expresó Elisa, madre de César Mendoza Valencia.

Manuel, padre de Víctor Manuel Cabral Barrios, señaló que su hijo nunca se había metido en problemas con la justicia y ni siquiera pertenecía a la barra, pero le habían conseguido dos boletos de esa zona, porque eran más baratos.

"Mi hijo no es un malandrín o un pandillero como lo acusan, el es un muchacho trabajador y el único error que cometió fue irle a ese equipo", manifestó el progenitor.