Ahora le tocó a Manny Pacquiao sentir el rigor de los jueces.

Dios, con quien Pacquiao supuestamente habló en un sueño hace unos meses, parece que le cobró la factura del mexicano Juan Manuel Márquez.

Pacquiao perdió una pelea que había ganado fácilmente ante el estadounidense Timothy Bradley.

Manny hizo un combate inteligente y dominó a Bradley, quien no podía creer cuando lo nombraron nuevo campeón del mundo de peso Welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).

Tras 12 asaltos, dos jueces vieron ganar a Bradley por 115-113, invicto en el terreno profesional. Y sólo uno a Pacquiao, por 115-113. Las tarjetas de CANCHA tenían arriba al filipino por 117-111.

Timothy se llevó la decisión dividida en una Gran Garden Arena del Hotel MGM Grand & Casino que se volvió loca, pues los abucheos estaban al mayoreo.

Joel Díaz, entrenador mexicano de Bradley, reveló que en el segundo asalto su pupilo se había lesionado el tobillo, por lo que le preguntó al púgil si quería que parara la pelea, a lo que este respondió que podía seguir.

Pacquiao volvía al ring tras ganar una dudosa pelea en noviembre de 2011 cuando los jueces lo ayudaron para derrotar a Juan Manuel Márquez, precisamente en este mismo escenario y con jueces de la Comisión Atlética del Estado de Nevada.

Pacquiao no perdía una pelea desde marzo de 2005 cuando cayó por decisión ante Érik Morales.

Sin duda, a Pacquiao lo "robaron", y ahora el promotor Bob Arum podría montar la revancha el 10 de noviembre, lo que deja en la silla de espera a Márquez.

En el combate, Pacquiao fue contundente la segunda parte de la pelea ante un Bradley que comenzó con todo, pero que poco a poco se vio cansado y menos efectivo.

Arum dijo al final que él tenía la pelea 10 rounds por dos en favor de Pacquiao.