La gente buscó que se acercaba a las taquillas se percataba que los boletos ya estaban en manos de lo revendedores. FOTO: Edgar Contreras Pese a la reventa, la gente respondió en la tribuna. FOTO: Reuters En todo momento se vivió un ambiente de fiesta en La Corregidora. FOTO: Mexsport

La reventa fue la ganadora de la doble cartelera en el Estadio Corregidora: México vs. Chile y Querétaro vs. Cruz Azul.

"Quedan pocos", lanzó un revendedor en el Estadio Corregidora, "y esos pocos los tengo yo".

En taquillas ya no había boletos para esos partidos, así que aquellos a quienes se les durmió el "Gallo" tuvieron que negociar

El boleto VIP para el duelo del Tri, visto desde un restaurante en la Cabecera, costó mil 800 pesos. La reventa ofrecía uno al otro extremo en mil 600, "mil 400 para que te lo lleves", claro, sin servicio de alimentos y bebidas y en medio del "Chi-Chi-Chi, Le-Le-Le".

Claro que a aquel que se le hacía demasiado caro ver al Tri podría optar por La Máquina, de a 600 pesos, 500 ya regateando.

Querétaro recibió al Tri con su mejor cara. La seguridad del hotel Casa Inn, donde se hospedó México, estableció un cerco para evitar que se acercara a los futbolistas cualquiera que no fuera huésped.

En La Corregidora, los elementos de las fuerzas armadas se alistaban para la ceremonia protocolaria tres horas y media antes del partido. No fue de extrañar que algunos se escaparan y desde la malla metálica compraran las aguas aprovechando la distracción del supervisor.

México fue cobijado. A nadie pareció importarle mucho la presencia de Alexis Sánchez y Arturo Vidal si con el que se les aceleraban los latidos era el "Chucky" Lozano, el elemento que está llamado a robarle a Javier Hernández el mote de consentido entre los aficionados y que fue aclamado incluso tras la derrota.