Francisco Venegas lleva dos juegos y dos goles con los Tigres. FOTO: Miguel Ramírez A seguir brillando Francisco Venegas charla con CANCHA y comparte su deseo de consolidarse con los Tigres.

Corría el 2008 cuando un niño de apenas 10 años se entretenía con un balón en su natal Acámbaro, Guanajuato.

Aquel pequeño de nombre Francisco Eduardo Venegas Moreno empezaba su formación en una escuelita de futbol del Atlas, curiosamente de la mano de dos mujeres, sus entrenadoras.

Ahí, un visor de los Tuzos le vio cualidades e inmediatamente se lo llevó a Pachuca, donde inició su andar en el mundo del futbol.

Hoy, ese niño ya tiene 20 años y es el dueño de la lateral izquierda de Tigres.

Venegas tiene apenas dos partidos, ya anotó dos goles y ya se echó a la bolsa a la afición auriazul.

Ésta es la historia de un chico que antes de llegar a los felinos probó suerte a 7 mil kilómetros de su hogar, en Viña del Mar, donde jugó en el Everton de Chile.

"Empecé desde muy chico en una escuelita que se llamaba Atlas Acámbaro. Tuve dos maestras que fueron las que me ayudaron hasta que llegó un visor, César Acosta, de Pachuca, y ya a los 10 años fue que empecé a hacer las fuerzas básicas en el Club, duré ocho años ahí y después me fui a Chile".

"Sí, dos maestras, Blanca y Lulú. Allá se dividía por categoría, Pony e Infantil A, y una maestra tenía la Pony y otra la Infantil A, entonces cuando empecé a destacar en la Pony me mandaron a la Infantil A y de ahí fue que llegó Pachuca".

"Sí, me fui a los 10 años, fui a la casa club (de Pachuca) donde había compañeros de 11 y 12 años".

"Sí, la verdad es muy complicado porque mi hermanito acababa de nacer, tenía un año, y separarme de todo eso, de mi familia, muy joven, me marcó muchísimo, pero ahora agradezco todo eso porque se están viendo los frutos, que en un momento hice sacrificios, pero están llegando cosas buenas".

"Estaba Edson Álvarez y otros más que han tenido buena carrera en México".

"Desde chico siempre vi partidos de Atlas y de Chivas, mi papá le iba a las Chivas y muchas veces íbamos a verlos a Morelia, pero querer jugar ahí en este momento no pasa por mi cabeza, si en algún momento se llega a dar será muy lindo para mí, porque fue de los primeros equipos que vi, pero mi presente está aquí en Tigres y no veo nada más que Tigres".

"Bueno, mi familia siempre ha sido muy unida y yo creo que desde que fui al Mundial de la Sub 17 fue cuando más se unían. Me tocaba jugar y yo siempre quise que ellos fueran parte de, si bien muchas veces no podían venir a los partidos o estar en ellos, hacen el intento de estar todos juntos.
"En el Mundial de la Sub 20, que jugábamos a las 3 o 4 de la mañana, ellos se quedaban a ver el partido y eso para mí es lo más importante, ellos son los que me hacen estar bien para poder rendir en la cancha".

"Pues sí, yo creo que sí, mi familia está muy feliz de que yo esté acá, de estar en un club tan grande como es Tigres y bueno, seguro que ya son Tigres allá".

"Mi familia, las comidas que me hace mi abuela y el pan de Acámbaro, que es muy típico, cada que puedo voy, cada que tengo vacaciones".

"Me tomó por sorpresa, porque yo me presenté en Pachuca para entrenar y cuando terminó la práctica me dijeron que venía acá, me sorprendió, pero manifesté que quería jugar y si acá había posibilidad por la regla (20/11) yo venía a jugar, ya estando acá la verdad que me siento feliz de haber venido a este club y el tiempo dirá si me quedo más".

"Sí, bueno, mi mentalidad está en jugar y demostrar cada juego que tengo nivel para seguir en Primera División y ya decidirán los directivos si me quedo acá o no".

"Que estoy en un gran Club, que es el que más títulos ha ganado en los últimos años y estar acá representa muchísimo y obviamente que es un compromiso mucho mayor al de todos los equipos, porque vienen los mejores jugadores acá y poder compartir con ellos es una felicidad muy grande".