Este aficionado se llevó las primeras pelotas de la nueva casa de los Diablos. FOTO: Sineli Santos

Los primeras pelotas que salieron volando en la inauguración del estadio Alfredo Harp Helú ya tienen dueño.

La primera bola fue obsequiada por uno de los coach de los Padres de San Diego, Felipe Blanco, a un aficionado muy diablo, el señor Fabio Cendejas, que no sólo se llevará un souvenir de colección, sino dos, porque la segunda pelota le llegó por accidente.

"Se siente super bonito, para ser la primera vez está padrísimo. Por suerte me cayeron a mí", aseguró el aficionado que tiene más de 40 años apoyando a la novena escarlata.

La tercera bola salió del bat del tercera base Emmanuel Ávila, que llegó hasta la zona del jardín derecho de su tocayo Emmanuel Torres, quien va a compartir su regalo con su novia, también fanática de Diablos.

"Es un sueño, nunca te imaginas que vienes al estadio y que te va a tocar ganar una pelota, es indescriptible, además en un estadio increíble", finalizó.

Aunque no todos han tenido la suerte de llevarse un recuerdo a casa, el gusto de estar en el nuevo infierno es más que suficiente