El mexicano es una de las promesas de los Padres de San Diego. FOTO: Diego Vigueras

El diamante de fuego vio el regreso de su hijo pródigo, el tijuanense Tirso Ornelas.

Enfundado en la franela de Padres de San Diego, el jardinero derecho prometió dar su mejor actuación ante su ex equipo y qué mejor que en la inauguración del estadio Alfredo Harp Helú.

"Me siento muy contento, muy orgulloso porque mi familia está aquí y siento lo mejor y me siento muy bien en el País.

"Es fabuloso, no había visto otro estadio así en México, la verdad y me parece un orgullo inaugurar el primer juego aquí y a darlo todo para marcar una historia aquí", comentó Tirso, que en 2016 fue firmado por los Frailes por un millón y medio de dólares.

Pese a que llegaba como el rival, la afición escarlata lo recibió con los brazos abiertos, coreó su nombre cuando el sonido local lo anunció en el lineup de Padres, y aplaudió cada batazo.

El pelotero de 18 años no olvida sus raíces, se dio tiempo de atender a sus aficionados, y les dejó en claro que su sueño de debutar en Grandes Ligas sigue vigente.

"Estamos trabajando en todo, en las herramientas que nos faltan y para subir lo más rápido que se pueda.

"No me siento raro (de que me pidieran autógrafos), es más, me siento como en familia, yo ya pasé por eso y me siento muy halagado, muy contento", finalizó.

Por lo pronto, Tirso Ornelas ya forma parte de la historia que acaban de escribir los Diablos Rojos del México.