Los entrenadores se mostraron indiferentes en el juego. FOTO: José L. Ramírez

De ti, ni me acuerdo.

Pedro Caixinha, técnico de Cruz Azul, evitó lo más que pudo a Miguel Herrera, timonel del América, ayer en el Clásico.

Al regresar del medio tiempo, el "Piojo" se alistaba a cruzar por el área técnica celeste, donde ya estaba el técnico portugués, pero éste justo se movió hacia la banca para traer agua que requería Milton Caraglio.

Así, Caixinha le dio la espalda a Herrera, quien en la víspera había dicho que quizá es el ídolo del entrenador cementero.

Por eso el único contacto fue al final del partido, cuando se estrecharon la mano rápidamente y cada quien tomó su rumbo.

El luso hacia los vestidores y Herrera todavía siguió reclamándole a la terna arbitral.

No faltaron las miradas de uno a otro cuando el homólogo estaba reclamándole al cuarto oficial, pero sus energías las enfocaron más en sus dirigidos.

Caixinha fue el más intenso. Se molestaba en las pobres salidas de sus jugadores y hasta llegó a pegar la carrera cuando pedía mayor intensidad.

También tuvo reclamos para los silbantes y fue apoyado en algunos por sus auxiliares, Joaquín Moreno y Helder Domingos.

Herrera trató de ser ecuánime pero tampoco pudo controlarse con algunas decisiones arbitrales.

Lo que quedó claro es que de aquellos técnicos que bromearon el Día de Medios de la Final de la Liga MX del torneo pasado, sólo queda el recuerdo.

@FZapataCANCHA