La tacleada de Mark Barron y Cory Littleton en el SB, motivó a Gronkowski a optar por el retiro. FOTO: AP

Algunas horas después de ganar su tercer Super Bowl, Rob Gronkowski se tiró en su cama y rompió en llanto, sin importar que acababa de ser pieza clave en la victoria de los Patriotas 13-3 sobre los Carneros de Los Ángeles. Y no es para menos, su cuerpo no podía más y el dolor no lo dejaba disfrutarlo.

Gronkowski fue golpeado en los cuadríceps durante el juego, dejándolo con el moretón más profundo que había tenido en su vida. Pasó semanas sin poder caminar correctamente, incluso reconoció que lo hizo durmiendo solo 20 minutos por noche.

Su estado de ánimo era volátil: por momentos se sentía bien y por otros estaba muy incómodo, adolorido, infeliz, incapaz si quiera de sentarse ante el gran nivel de dolor.

Así que al mes siguiente, tuvo que drenar un litro de sangre de su muslo.

Fue entonces cuando supo que era hora de retirarse.

"Esa fue una señal. Me sentía tan mal físicamente que mi cuerpo me pedía parar. Le dije a mis amigos que ese era mi regalo de despedida de la NFL", reconoció "Gronk".

Entonces se fue. Y está feliz de haberlo hecho.

Varios jugadores y entrenadores han especulado que Gronkowski regresaría en algún momento, pero el lo toma con mucha serenidad.

"Lo agradezco, pero no lo considero. Podría jugar ahora mismo si quiera, sin duda, pero en este momento estoy en buen lugar, necesitaba este espacio", consideró.

Gronkowski todavía está en forma para entrar al campo.

Pero aunque es físicamente capaz, no está mental ni emocionalmente preparado. El futbol americano le estaba quitando la alegría a su vida. Después de cinco meses de retiro, no tiene planes inmediatos para regresar a la NFL, pero sí dejó la puerta abierta para el futuro.

"Si dentro de unos años, digo: 'solo necesito jugar al futbol', entonces volveré al 100% y jugaré al futbol, y si lo hago será de la mejor manera, perfectamente listo. Ahora no lo estoy y por eso me mantengo fuera", explicó.

"Dormí durante cinco minutos esa noche. Ni siquiera pude pensar. Estaba llorando, en mi cama, después de una victoria en el Super Bowl. No tenía mucho sentido para mí seguir jugando".

En el segundo cuarto del Super Bowl LIII, Gronkowski atrapó un pase y fue tacleado por Mark Barron y Cory Littleton, defensivo de los Carneros, quienes le propinaron un fuerte golpe que motivó al ala cerrada al retiro.