| | Los aficionados de Cruz Azul lloraban de la emoción de haber ganado el título de la Concachampions.
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José L. Ramírez |
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| | Fueron alrededor de mil aficionados los que celebraron en el Ángel de la Independencia.
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José L. Ramírez |
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Ellos no se cansaban de hacer reverencias, hincados, frente al Ángel de la Independencia.
Rubén Serrano y los hermanos José Miguel y Juan Pablo Ponce fueron algunos de los alrededor de mil aficionados cruzazulinos que celebraron el título de la Concachampions que los tiene en Marruecos.
Así, de rodillas, dieron gracias a su manera por ese campeonato que tantas veces les ha dado la espalda y por esa falla de Pablo Velázquez que, horas después del partido, aún no se explicaban.
"Cuando falló la última me tiré al piso, sabía que se había terminado y empecé a llorar", mencionó Rubén.
Y es que lo de Cruz Azul ya debe ser una ley: no cantar victoria por anticipado.
Y es que el operativo policiaco que se montó en el Ángel, con la glorieta cerrada a la circulación, pudo no haber pasado.
"Desde que metió el gol Mariano Pavone dije 'no ha pasado nada', no festejé, dicho y hecho, meten el gol y estábamos con los pelos de punta", dijo José Miguel.
La Máquina había postergado muchos años esta celebración. Al ganar la Copa MX en 2013 el festejo estuvo lejos y, después, el América le arrebató a la afición un festejo de este calibre.
"Nos vino a la cabeza esa última jugada contra América que se nos fue, ahora sí llegó", expresó Pablo.
Ser aficionado cruzazulino es un estilo de vida que, en noches como la de ayer, tiene su recompensa.
"Vives al filo de la butaca, no puedes estar tranquilo", resumió José Miguel. |