Los que ya anotaron primero en el partido Chivas vs. América son los revendedores.

Por muchas medidas que se implementen, éstos siempre se salen con la suya.

A pesar de que la venta de boletos para el Clásico Nacional fue dirigida para los poseedores de chivabonos, ayer cerca de 50 revendedores operaron en los alrededores del Estadio Chivas, donde ofertaron las entradas entre tres y cuatro veces por arriba de su precio. No se vieron inspectores del Ayuntamiento en la zona.

El boleto más barato en taquilla tiene un precio de 350 pesos y lo revendían en mil 500 pesos, mientras que el más caro está en mil 500, en la zona Premier Oriente, y se vendían al triple a los que no quisieran formarse.

Los revendedores tenían repartida gente en toda la fila, la cual se extendió unos 300 metros por Av. Ayamonte y, cuando les tocaba pasar a la taquilla recibían más dinero y más chivabonos de sus conocidos.

Hoy se ofertarán 2 mil entradas más para el público en general a partir de las 10:00 horas en el Estadio Chivas.

Soñaron con entradas

Por una noche su cama fue la explanada del Estadio Chivas, en el cielo pudo ver estrellas y soñó que una de ellas pudiera agregarse al escudo rojiblanco.

Como quería asegurar boletos para el Guadalajara-América de los Cuartos de Final, Josué González durmió en la calle, con viento de primavera y olor a tierra mojada, por la lluvia que amenazaba.

Con sus cobijas, Chivabono en mano y mucha ilusión, a final de cuentas consiguió su cometido, pues luego de 11 horas de espera tuvo las entradas para el juego de ida en sus manos. Abrazó una y otra vez sus boletos, como si no lo creyera.

"Fue una experiencia muy padre. Llegamos a las 12 (de la noche) y hasta ahorita, todo por el futbol, todo por los boletos y sí los conseguimos", comentó González, seguidor de las Chivas.

"Nos trajeron, no trajimos cosas y mi hermano fue por ellas en su moto; ya nos quedamos dormidos aquí afuera, formados y fuimos de los primeritos, fuimos como los 60 porque ya había gente campando".

Para que valiera la pena su esfuerzo, los aficionados que llegaron a dormir al inmueble rojiblanco se organizaron para que los revendedores no les ganaran sus lugares en la fila y, con una cartulina, hicieron números que respetaron al día siguiente.

Eran las 8:00 horas y los aficionados que creían que habían madrugado se iban para atrás de la sorpresa, pues la fila a esa hora era de unos mil compradores. Las taquillas se abrieron a las 10:00 y la venta terminó a las 18:00 horas.

A pesar de que imperó el cielo nublado, el calor se sintió; aparecieron sombrillas, sillas y revistas para leer. Algunos se refrescaron su espera con tejuinos.