¿Doblará las manos Green Bay?

José Pablo Coello
en CANCHA


Aunque solamente ha ganado un Super Bowl, ya tiene 34 años de edad, y pasó buena parte de la campaña anterior lesionado, Aaron Rodgers sigue siendo uno de los mejores mariscales de campo de la NFL.

De igual forma, es evidente que en los dos últimos años del contrato que firmó en 2013, el egresado de la Universidad de California estaría cobrando menos dinero que varios jugadores que ocupan

esa misma posición y que claramente no tienen ni su talento ni sus credenciales.

Por tal motivo, se insiste en que Rodgers estaría buscando un nuevo acuerdo que, entre otras cosas, aumente de forma sustancial su sueldo promedio de "apenas" 22 millones de dólares por temporada, y vuelva a convertirlo en mariscal de campo mejor pagado de la NFL.

Hay que recordar que tan sólo hace algunas semanas, Matt Ryan firmó con Atlanta un nuevo convenio por 5 años y 150 millones de dólares, con dos terceras partes de ese monto garantizado. Y al inicio del período de la agencia libre, Kirk Cousins firmó el primer contrato 100 por ciento garantizado en la historia de la liga, y se comprometió con los Vikingos por 3 campañas y 84 millones de dólares.

Así las cosas, Rodgers querría establecer un nuevo vínculo contractual con los Empacadores que le redituara más de 30 millones de dólares por año, con un monto garantizado por encima de los 100 millones de dólares.

Sin embargo, eso no es todo. Se insiste en que tomando en cuenta la experiencia reciente, Rodgers también estaría exigiendo una cláusula que le permitiera renegociar sus condiciones cada vez que algún otro jugador se ubicara por encima de él en el ranking de los mejores pagados.

En términos prácticos, Rodgers quiere ser el hombre mejor remunerado de la NFL durante todo el tiempo que dure su próximo contrato.

Ahora bien, más allá de mantener contento a su mejor empleado, no parece que Green Bay tenga incentivos económicos suficientes como para ceder a las exigencias de Rodgers.

De entrada, hay un contrato vigente que no expira sino hasta el final de la campaña del 2019. Y aún entonces, el equipo de la bahía tendría la opción de aplicarle dos veces la etiqueta de jugador franquicia para hacerlo jugar con ellos, eso sí con un salario más elevado hasta el final del 2021.

El caso resulta fascinante porque Green Bay es un equipo del montón sin Rodgers, y, sin embargo, siempre será riesgoso comprometer la flexibilidad financiera de una institución para mantener contento a un jugador.

Este es un proceso de negociación que habrá que seguir de cerca, ya que de su desenlace podría depender el futuro inmediato de una de las franquicias más tradicionales de la liga, y quizás también, el estándar de contratos para jugadores similares en los próximos años.

 
Twitter: @JosePabloCoello