Anfield se vistió de gala para ser testigo de un partido a beneficio de la Fundación del Liverpool. Además de la caridad había muchos motivos para estar presente en el escenario. Los fanáticos que no pudieron entrar tuvieron que seguir el espectáculo a través de la tele. La página oficial del club, que tiene un canal de videos, abrió una membresía para ver el partido en directo con un costo de
una libra esterlina, unos 22 pesos mexicanos. Fueron tantos los que pagaron ese abono emergente que el sistema colapsó y estuvo varios minutos fuera del aire.
Encabezados por los íconos Steven Gerrard y Jamie Carragher, los equipos estuvieron integrados mayormente por ex jugadores del Liverpool y algunos invitados como Thierry Henry, el capitán del Chelsea John Terry y el delantero blue Didier Drogba.
Para gozar de la guinda del pastel hubo que esperar hasta la segunda parte. Estaba todo listo para comenzar, pero faltaban dos jugadores en la cancha. El público expectante y sus colegas mirando hacia el túnel. Fue el momento para que entraran juntos dos de los héroes recientes del equipo de Merseyside: Fernando Torres y Luis Suárez. Ninguno de los dos había tenido la ocasión de despedirse de sus aficionados. El primero había regresado alguna vez a Anfield, pero para recibir la rechifla, porque lo hacían vistiendo la camiseta del Chelsea. El uruguayo, aún venerado, se marchó tras el Mundial de Brasil y de su dura sanción por morder a un rival. A ambos se les pudo ver radiantes y agradecidos. En sus minutos en la cancha, no pudieron trascender. Suárez hizo una de sus jugadas predilectas que tanto le dio al Liverpool en su última temporada: caer dentro del área derribado (o no) por uno de los defensas. Esta vez la víctima fue el ahora comentarista de TV, Carragher. Como en esas tantas tardes de gloria, el encargado de cobrar la pena fue Gerrard. En la temporada 2013-14, Suárez convirtió 31 goles, fue el líder de asistencias, fabricó penales y faltas que mayormente el capitán convirtió en los 13 goles que atesoró.
¡Tiene Gerard tanta certeza en sus pies a la hora de cobrar las faltas como para cambiar de juego, o clavar un punzante pase en las entrañas del área rival! Es tan brillante como impulsivo para cometer una falta grave que lo expulse a 42 segundos de haber entrado, como le ocurrió en su último Clásico contra el Manchester United en marzo.
Pero el domingo, además de Torres y Suárez, la presencia de "Stevie G." fue el otro pretexto perfecto del partido. Para él también era la despedida y la cerró con sendos penales que convirtió con su infalible certeza. El 30 de mayo se va el fiel Gerrard a un exilio de oro en Los Ángeles. Justo el día que juegue su último partido en la Premier, cumplirá 35 años, la mitad de ellos con el Liverpool en su sangre.
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