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El estadounidense Mark Geiger destrozó las reglas de juego en el México-Panamá.
Inició al minuto 3, al no expulsar a Carlos Vela, cuando agredió con el codo sin que el balón estuviera en juego. Pero sí lo hizo con el panameño Luis Tejada, quien levantó el brazo y golpeó a Francisco Rodríguez, al 24', cuando no hubo conducta violenta.
Siguiendo en ese
aberrante criterio, no amonestó a Adolfo Machado, quien le metió una plancha a Andrés Guardado al 47'. Ni mucho menos muestra la segunda amarilla a Héctor Herrera, cuando cometió su cuarta falta.
Pero lo más triste se dio al 88', poniendo en duda la credibilidad del arbitraje y del futbol, al inventar un penal por una supuesta mano de Román Torres, cuando el defensor panameño cayó sobre el balón y lo golpeó con su costado.
Ya en tiempo extra, sancionó otro penal de Harold Cummings sobre Javier Orozco, terminando esa obra de terror y sufriendo la ignominia máxima para el arbitraje, pues no se entiende que después de sancionar el primer penal, soportó insultos y empujones de los jugadores centroamericanos.