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El clásico mexicano
José Pablo Coello | 13-11-2016
en CANCHA
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No hay un duelo que atraiga más el interés de los aficionados mexicanos en la NFL que el enfrentamiento entre Vaqueros y Acereros. Aunque el apoyo para otros equipos haya crecido en años recientes, es indudable que Pittsburgh y Dallas son, claramente, las dos organizaciones con mayor número de seguidores en nuestro país. Y tomando en cuenta que debido a la manera en la que hoy está estructurado en calendario de la liga solamente juegan cada cuatro años en temporada regular, resulta comprensible que hoy, las tribunas de Heinz Field vayan a estar plagadas de fanáticos mexicanos, dándole al partido una sazón muy especial.

Al inicio de la campaña, el panorama pintaba mucho más claro y alentador para los Acereros. Con una ofensiva plagada de jugadores de élite y explosivos, y una defensa que parecía ir en ascenso, la escuadra de Mike Tomlin era señalada como firme candidata a pelear por representar a la Conferencia Americana en el Súper Tazón.

Los Vaqueros, por su parte, perdieron por lesión no sólo a Tony Romo, sino también a Kellen Moore, y esto los obligó a acelerar el debut de Dak Prescott. Y aunque había confianza en que Ezekiel Elliot aprovechara la calidad de la línea ofensiva para tener un buen año de novato, había muchas dudas en el entorno del equipo de Jason Garrett.

La realidad a la mitad del camino es otra. Dallas llega al partido de hoy jugando muy bien, con una ofensiva balanceada y poderosa, que fundamenta su éxito en el control del balón y en la mejor línea ofensiva de la NFL. Además, la defensa ha sido una grata revelación y es una de las mejores en el promedio de puntos admitidos por partido.

Pittsburgh por su parte, ha sido una gran decepción y está obligado a ganar para mantenerse en la pelea por el único boleto que habrá para jugar en Playoffs representando a la División Norte. La lesión de "Big Ben" solamente magnificó las deficiencias de una escuadra que no encuentra la consistencia ni parece tener la disciplina y la determinación para aspirar a ser contendiente.

Está claro que haber jugado tres Súper Tazones entre sí hace que Acereros y Vaqueros siempre pongan un extra cuando se ven las caras, aun cuando ésta no sea, ni de lejos, la rivalidad más intensa de ambas escuadras. La historia en México es diferente y, por lo tanto, hoy es un día especial. Pittsburgh se juega mucho más y eso podría equilibrar un partido en el que Dallas es favorito y debiera salir con la mano en alto.

 
jpcoello@gmail.com
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