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La ausencia cobra
Rafael Alarcón | 06-12-2016
en CANCHA
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"Considero al golf como una forma muy cara de jugar a las canicas".

G. K. Chesterton
 
 
Se acabó la espera para Tiger Woods y para todos los que anhelábamos verlo de nuevo en los campos de golf.

Regresó después de 16 meses de luchar contra lesiones en la espalda, y dudas propias sobre su juego.

La ausencia de Tiger en los torneos generó un hueco en la élite del golf mundial, nadie puede negar su calidad y lo bueno que hubiera sido verlo enfrentar con su mejor golf a los cuatro grandes en estos dos años de golf sensacional con Jason Day, Jordan Speith, Rory McIlroy y el recién integrado a este grupo: Dustin Johnson.

En sus meses de batalla por recuperar la salud, Tiger pasó por momentos en los que no podía levantarse de la cama. Las lesiones en la espalda se convirtieron en un problema mucho más serio de lo que él mismo podía haber anticipado, por primera vez Tiger escuchó a los expertos (doctores) y esperó el tiempo suficiente para regresar lo más sano y fuerte posible.

Por salud ya podía jugar desde hace seis semanas, pero el golf le mostró una cara que él desconocía, descubrió que la ausencia del juego genera pensamientos distractores y sensaciones raras en el cuerpo (como dice un amigo: "los demonios del golf"), enfrentarlos anticipadamente podía hacerle más daño en la misma espalda.

Fue entonces que se retiró de dos torneos y esperó hasta la semana pasada, donde el desafío de la competencia era mínimo.

En el Hero World Challenge, Tiger es el anfitrión, sólo juegan 18 jugadores y todos amigos, el escenario fue para estar más relajado.

Su primera ronda empezó con cuatro birdies en los primeros ocho hoyos, al darse cuenta de lo que estaba pasando empezaron a aparecer golpes malos y decisiones equivocadas. La segunda ronda fue toda esperanza y muestra de su habilidad de siempre al jugar con siete birdies sin boogie. La tercera ronda fue como la primera, y la última, un desastre (4 arriba).

Para Tiger la prueba de enfrentar los demonios del golf fue superada, ya que su golf fue normal considerando las circunstancias. Tuvo golpes muy parecidos a sus mejores momentos, otros malos por la ausencia de práctica, decisiones malas porque el impulso lo tentó y cayó, y terminó caminando 90 hoyos sin molestias en la espalda.

El swing de Tiger se notó modificado. Ahora está haciendo algo similar a sus primeros años de profesional cuando tenía la espalda más erguida y el giro de su cuerpo es menos brusco al que vimos en los últimos cinco años. Ahora el reto será poner todo junto y en orden para el 2017.

Tiger dice estar muy motivado por regresar al protagonismo y que quiere alcanzar el récord de torneos Majors ganados por Jack Nicklaus; le faltan cinco para superar los 18.

En lo personal creo que a Tiger ya no le va a alcanzar ni a ser dominante como antes o superar a Nicklaus, sí creo que va a ganar varios torneos más y alguno puede ser Major, pero la edad y la ausencia de las competencias le han robado esa habilidad de convertir a favor los dos o tres momentos claves de las rondas. El tiempo nos dirá.

Hasta el próximo green.

 
 
rafaelalarcongolf@gmail.com
Twitter: @ralarcon2009
 
 
 
 
 
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