La vida después de Ben

José Pablo Coello
en CANCHA


Los Acereros de Pittsburgh tienen una de las ofensivas más dinámicas y peligrosas de la NFL.

La línea, que muchos años fue el talón de Aquiles, se ha convertido en una unidad muy competitiva, que se entiende a la perfección, y que hace un muy buen trabajo tanto en el ataque terrestre como en labores de protección.

La presencia de Le'Veon Bell, más allá de sus problemas de

indisciplina y su fragilidad física, le da una dimensión ofensiva que pocos equipos tienen. Antonio Brown, luego de haber firmado un contrato a largo plazo, debe terminar de madurar y entender su papel de líder el equipo, al tiempo de mantener esa productividad que lo ha convertido en uno de los mejores receptores en los últimos tiempos.

Si sumamos la posibilidad del regreso de Martavis Bryant tras cumplir con su suspensión, y de Ladarius Green tras una campaña plagada de lesiones, el cielo parece ser el límite para este grupo coordinado por el talentoso Todd Haley.

Sin embargo, la pieza que hace que todo el engranaje funcione como una máquina bien aceitada es el mariscal de campo. Y si bien es cierto que Ben Roethlisberger ha tenido una carrera productiva y a pesar de sus múltiples lesiones ha estado presente en los duelos más trascendentes del equipo desde su llegada a la organización, el final de su carrera está cada vez más cerca.

Y aunque no parece haber quien se haya tomado en serio su amenaza de retirarse tras la derrota ante Nueva Inglaterra en el campeonato de la Conferencia Americana, el simple hecho de que haya puesto el tema sobre la mesa debe ser una llamada de atención para la familia Rooney y para la gerencia general.

Ya alguna vez los Acereros se pasaron muchos años como un equipo incapaz de pelear por el título, mientras buscaban al sustituto de Terry Bradshaw. No fue sino hasta la llegada de Roethlisberger que en Pittsburgh volvieron a festejar un Súper Tazón, por lo que sería un error no estar pensando desde ya en la vida después del "Big Ben".

Por lo pronto, las visitas de ayer a Heinz Field de los mariscales de campo Pat Mahomes y Joshua Dobbs son una buena noticia.

Y aunque ambos pudieran no estar disponibles para cuando llegue el turno de Pittsburgh en el Draft, es importante saber que ya se están buscando alternativas para tratar de llenar el enorme hueco que dejará un hombre que una vez que diga adiós, tendrá su lugar asegurado en el Salón de la Fama de Canton, Ohio.

 
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