La señora del Nido Vaya situación por la que atravesó Michael Arroyo, y todo por quererle echar velocidad a su salida del Club América después del entrenamiento.
Resulta que el jugador ecuatoriano salió en su vehículo como prácticamente todos los días, echando lámina, pero esta vez sí accedió a atender a algunos aficionados que se encontraban en la calle a las afueras del Nido de Coapa, aunque sin detener por completo la marcha de su auto.
Como que daba autógrafos y avanzaba tantito, posaba para una foto y volvía a acelerar un poco, hasta que de pronto una señora que estaba sentada en la banqueta a un lado de donde pasaba el futbolista le soltó la frase: "¿Por qué no te paras? ¡Tenías que ser negro!".
El enunciado en voz alta llegó sin alteraciones a los oídos de Arroyo, quien de inmediato puso cara de extrañeza a la situación. Entonces se echó de reversa para estar a la misma altura de la señora y de inmediato le manifestó que él seguido se paraba a dar autógrafos a los aficionados, que lo hacía a menudo.
La señora entonces se puso de pie y le volvió a decir "¿Por qué no te paraste?", ya sin hacer el comentario sobre su color de piel, pero Arroyo fue el que no se quedó con las ganas de contestar el insulto racista.
"Yo siempre me paro a dar firmas... y sí, ¡soy negro y qué, sí soy negro y qué!", a lo que la señora ya no tuvo cómo contestar y mejor se hizo a un lado, mientras Michael, guardando la compostura, se dio el tiempo para responder preguntas a los medios antes de irse ahora sí.
Ya después no faltó quien le dijera a la señora que para que Oribe Peralta se parara a dar autógrafos se aventara el "¿Por qué no te paras? ¡Tenías que ser feo!".
Igual y funcionaba de nuez.
Castiga a los suyos Parece que el mal funcionamiento en el Puebla no sólo es dentro del campo.
Me contaron que el domingo pasado, muchos de los valientes que se lanzaron al Estadio Cuauhtémoc a ver a su maltrecho equipo recibir al Necaxa, tuvieron que esperar más de una hora haciendo fila porque varias taquillas nunca abrieron sus ventanitas y las que sí, atendían taaan lento, que muchos aficionados, especialmente de La Franja, se dieron por vencidos y mejor se fueron para no rostizarse (más) abajo del sol inclemente que cayó sobre La Angelópolis.
Qué bueno que no hay Tabla de Posiciones para clasificar el trato que dan los clubes a sus aficionados para algo tan simple como venderles entradas porque, de ser así, el Puebla taaambién estaría de colero en ese listado.
Por ello, mis aplausos para los 34 mil que aguantaron los maltratos antes y el pésimo futbol después, con derrota 1-0 incluida; ojalá y el Puebla los valore un poco más a partir del Apertura.
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