San Cadilla
en CANCHA


Padre 'no ejemplar'
 
 
Vaya que fue vergonzosa y lamentable la escenita que le armaron unos aficionados al técnico de la Selección Mexicana, Juan Carlos Osorio, a su regreso al País tras fracasar en la Copa Oro, pero más triste quizás el que se utilizará a seis infantes para agraviar a una persona.

Y es que el fanático Rodrigo Rojas planeó dicho recibimiento desde que

el Tricolor quedó fuera en la Semifinal ante Jamaica, así que no tuvo una mejor idea que llevarse a cuatro niñas y dos niños, dándoles a cinco de ellos una hoja con la leyenda "#Fuera Osorio" y "#Yo Soy Tri", y a otro más pintándole con plumón la misma leyenda en la playera, tal y como él la llevaba.

Este tío estaba tan nervioso, que iba de un lado a otro de la sala, no se le fuera a escapar Osorio, además de que puso el grito en el cielo cuando vio que uno de los niños ya no tenía el papel, hasta que vio que otro lo estaba guardando, y entonces le volvió el alma al cuerpo.

En lugar de que los pequeños disfrutaran de una de sus tardes de vacaciones, fueron testigos forzados de los insultos a Osorio y hasta uno que otro de ellos lanzó un poco convincente "Fuera Osorio", lo que quizás generó más orgullo en su padre que un "10" en matemáticas.

 
 
La nueva vida de Britos
 
 
Dicen por ahí que nadie experimenta en cabeza ajena, y este dicho bien podría venirle como anillo al dedo al ex delantero de los Pumas, Matías Britos, quien ahora iniciará una nueva vida en Arabia.

Cuando vio que en el futbol mexicano nadie iba a pujar por su carta y que no tenía cabida en ningún equipo, apresuró a su representante para que le buscara otras opciones fuera de México.

Cuando le dijo que se trataba del Al-Hilal FC, sintió que se sacaba la lotería, que ir a Arabia era lo mejor que le podía pasar en esos momentos en que la tensión crecía, pues no estaba conforme con lo dispuesto por el técnico Francisco Palencia, porque no le gustaba la banca y consideraba injustas algunas decisiones.

Por eso, la directiva de los Pumas no opuso la menor resistencia y con gusto lo dejó ir, pues lo menos que necesitaba era un jugador a disgusto.

Sólo que Matías ni se imagina lo que le espera, pues aunque sus petrodólares van a caer bien puntuales, las costumbres de ese país, sobre todo con el sexo femenino, acaban por aniquilar a cualquiera.

Y si no me creen, que le pregunten a Jared Borgetti, que ni un año aguantó, o a Javier Aguirre, quien estuvo en los Emiratos Árabes, donde el tema es más leve, pero también finalizó su ciclo sin ganas de renovar.

No es fácil vivir en aquella región, donde los familiares de los jugadores son los que la sufren más, pues no hay opciones para salir o convivir, y tienen que olvidarse de algunas de sus costumbres para no ofender a la cultura de allá.

En fin, éxito para Matías, y paciencia para su familia.

A ver cuánto les dura...

 
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