Auténticos sinodales

Roberto Gómez Junco
en CANCHA


La Selección Mexicana jugará con tres días de diferencia dos partidos de ésos que juega muy de vez en cuando.

Partidos ante adversarios de elevado grado de dificultad, que deberían jugar cada tres meses, por lo general los juegan cada cuatro años.

El viernes ante la Selección de Bélgica, y el lunes ante la de Polonia, los tricolores de Juan Carlos Osorio presentarán sendas pruebas

que podrían ser muy útiles... y para las que no parecen estar bien preparados.

Amparado en el indudable aval que le ha dado esa facilidad con la que resolvió la Eliminatoria concakafkiana, el técnico tricolor sigue haciendo y deshaciendo a su antojo con "el equipo de todos" (tradicionalmente explotado por unos cuantos), tomando incomprensibles decisiones sin nadie capaz de cuestionarlas.

Además de torcer por completo el concepto de la verdadera COMPETENCIA en un equipo, y sobre todo en una Selección (concepto que implica poner a los mejores, y no poner a todos para que nunca se sepa cuál es mejor), Osorio se empeña en utilizar su propio laboratorio tricolor ¡para conocer jugadores!

Ahora, en detrimento de muchos otros cuyos méritos futbolísticos son evidentemente superiores, los beneficiados resultaron ser Omar Govea y Uriel Antuna, jóvenes promesas mexicanas como jugadores, pero lejos de la actualidad futbolística que sí ostentan otros.

A estos dos buenos futbolistas, el técnico nacional decidió convocarlos, según sus propias palabras, "porque queremos conocerlos aprovechando que ¡están acá, a 45 minutos!".

Cuando faltan siete meses y cuatro días para la Copa del Mundo, y la Selección Mexicana sigue muy lejos de un nivel de juego siquiera aceptable, las convocatorias siguen siendo impunemente desperdiciadas "para conocer jugadores".

Por lo pronto, al medirse con auténticos sinodales este viernes y el próximo lunes, se verán obligados a jugar verdadero futbol.

A ver si, como por arte de magia, por fin lo juegan.

 
Twitter: @rgomezjunco