La disyuntiva de 'la 17'

José Pablo Coello
en CANCHA


Desde hace varias campañas, la NFL ha buscado formas de darle relevancia a la última jornada del calendario regular. La medida de programar únicamente juegos divisionales en el domingo final de la campaña y la inexistencia del juego de lunes por noche, se instituyó justamente con ese fin. Para este año, la liga fue más allá y decidió cancelar el juego nocturno para evitar que terminara siendo un

enfrentamiento sin implicaciones de cara a la postemporada, con las consecuencias negativas que esto habría tenido en los niveles de audiencia televisiva.

Y mientras la oficina del comisionado mueve todas sus piezas disponibles para evitar que la lista de juegos intrascendentes aumente, muchos de los entrenadores en jefe de equipos ya calificados a Playoffs, se ven en la necesidad de determinar qué tanto vale la pena poner en riesgo a sus jugadores más importantes en partidos de escasa repercusión.

Sean McVay ha anunciado que a pesar de que los Carneros amarrarían el tercer sitio en la siembra de la Conferencia Nacional con una victoria ante San Francisco, sentará a Todd Gurley, Jared Goff y Aaron Donald.

En contraste, Doug Marrone ha confirmado que los Jaguares jugarán con todos sus titulares ante Tennessee, a pesar de que, independientemente del resultado, terminarán con la tercera mejor marca de la Conferencia Americana.

Por su parte, Andy Reid ha confirmado que Patrick Mahomes será su mariscal de campo titular, mientras Alex Smith descansa antes de lo que podría ser su última postemporada como integrante de los Jefes de Kansas City, escuadra que pase lo que pase ocupara el cuarto lugar en la siembra.

Es innegable que una semana de descanso tiene grandes beneficios, sobre todo en una liga en donde el desgaste físico es tan intenso. Además, evitar una lesión de un jugador difícilmente sustituible en un partido de trámite, parece ser la decisión correcta. Aun así, se corre el riesgo de perder el ritmo de competencia a estas alturas, lo cual puede tener efectos negativos e irreversibles.

Es por ello que gestionar este tipo de compromisos, cuando hay poco o nada en juego, suele ser uno de los grandes dilemas para quienes toman las decisiones en equipos contendientes.

Por ahora nos queda disfrutar del último capítulo de la temporada regular, conscientes de que solo tiempo dirá qué tanto estas determinaciones marcan el rumbo final de los Playoffs.

 
 
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