Como hace 40 años
 
Para quien crea que la indisciplina se volvió el sello característico de la Selección Mexicana apenas este siglo, déjenme refrescarles la memoria un poco.

Había una vez un equipo tricolor que era llamado el mejor de la Concacaf, que acababa de ser sede del Mundial y que se lanzó en 1973 a Haití para cumplir el "trámite" de obtener el pase para Alemania 1974 en un Hexagonal del que volvió con las manos vacías.

Uno de los seleccionados que participó en dicho fiasco me contó que el lloriqueo de que no se consiguió el pase por no jugar a visita recíproca fue sólo un pretexto, pues aquella excursión a la isla fue una auténtica pachanga para los futbolistas, que ante lo paradisiaco del lugar y la nula vigilancia de la que eran objeto en esos tiempos (bueno, en estos dizque los vigilan), pues las escapadas nocturnas eran diarias y, según mi informante, las bebidas y las muchachas dejaron en condición deplorable a los tricolores, que así enfrentaron el Hexagonal con los consabidos resultados.

Cuarenta años después y tras episodios como el del Termas Centaurus de este verano, tal parece que algunas "virtudes" se heredan con esa playera verde...

 
 
El nuevo imán de atención
 
Christian Giménez podría ver amenazada su popularidad luego de la llegada de Achille Emana.

Mientras el "Chaco" se ha robado el corazón de la afición de Cruz Azul por su garra en los partidos, el camerunés necesitó mucho menos para ser el centro de atención en el aeropuerto capitalino, donde se le agolparon los fans la tarde del miércoles.

Cuentan que, para acaparar las miradas, a Emana le bastó con lucir, a las 7 de la mañana, unos lentes oscuros muy vistosos, calceta blanca por afuera del pantalón, un arete con el número 10, montón de pulseras, unos audífonos muy monos y hasta dos series de números tatuados en la parte izquierda del cuello, 30 05 07 y 22 03 10, que corresponden a las fechas de nacimiento de sus hijas Vanessa y Louanna.

Así que con semejante "look", resulta fácil imaginar por qué Achille se robó toda la atención, mientras Israel Castro estaba en una esquina sin que nadie le pidiera al menos una fotito.

 
 
Fiestas VIP
 
Cuentan en Guadalajara que cada vez son menos los futbolistas de Atlas y Chivas que se dejan ver en los antros de moda, lo cual tendría que ser una buena noticia que, no obstante, por supuesto que no explica que los dos clubes tapatíos anden tan hundidos como lo están hoy.

Sin embargo, lejos de tener que ver con que los Zorros y rojiblancos ya se están portando bien, temerosos de que en los antros cualquier aficionado les tome fotos o videos y los suba a las redes sociales, al contrario, ahora los jóvenes -y también los no tan jóvenes-, se inventaron un concepto de parranda VIP al que llaman "asados", donde se sirven todo tipo de carnes... y no todas van a la parrilla.

Algunos atlistas han encontrado refugio en un escondido salón de fiestas en Tlajomulco, llamado Hacienda Nogal, donde pueden darle gusto al gusto hasta que se les antoje y ni quién los moleste.

Por su parte, una parte de los de Chivas ha optado por reunirse en las casas de algunos jugadores, claro, con la consigna de que los invitados no deben sacar fotos ni videos, porque luego terminan apareciendo en redes sociales y causándoles más dolores de cabeza que la misma cruda del día siguiente.

Así, pues ni cómo ayudarles...

 
san.cadilla@reforma.com