Si quisiéramos recrear una majestuosa victoria para el Club de futbol Monterrey, cualquier guionista elegiría una Final contra Tigres en el propio estadio Rayado. Y si no es en ese lugar, ¿en cual otro los Rayados pueden ejercer su poder de intimidación?
Ganar la próxima Final de Concachampions representaría para toda la comunidad Rayada el reencuentro sentimental con el valor de quienes
retoman la grandeza después de derrotar sus demonios particulares.
El orgullo mantiene vivo hasta al equipo más destrozado, porque va acompañada de la revancha y en ocasiones de la venganza.
En la historia del deporte, no hay campeón más admirado que el procedente de un fracaso. Y cuando analizo los antecedentes de los próximos 180 minutos entre Tigres y Rayados, aún no me explico porqué algunos jugadores del Monterrey, incluso seguidores, rehusan a llamar esto "revancha".
Entiendo que el desafío también implica deshonra si vuelven a caer en otra Final contra los Tigres. Pero aquí sólo hay que medir cuál de las dos emociones es mayor: ¿El anhelo de ganar? o ¿El miedo a perder?
Nicolás Gabriel Sánchez (Buenos Aires, Argentina), fue comprado en enero de 2017 por la dirigencia Rayada con la sola intención de apretar el desarrollo del joven Montes. La compra fue tan económica que el riesgo se calculó en cero.
Jamás internacional, jamás convocado a alguna representación nacional, Nico llegó con etiqueta de útil, pero nadie conocía su coraje para forjarse fuera de Argentina.
A los 12 meses, no sólo era titular indiscutible sino el jugador más querido por la afición y, el "braveheart" del sistema nervioso del equipo. Sus goles de cabeza y penal le han producido un montón de victorias al equipo.
Y con toda esa envergadura, yo jamás esperé que de su boca saliera "esto no es una revancha", sobre todo cuando él fue parte activa de la pasada.
Si la obra de Cervantes la futbolizamos, el Quijote bien podría darle éste consejo: "Sábete Nico, que no es un equipo más que otro si no hace más que otro".
La revancha ahí está y quién no quiera aceptarla estará evadiendo al destino. Ésta Final no la va a ganar la estrategia sino el carácter de quienes conquisten sus miedos. ¿No cree usted?
Pd. El Futbol sólo puede ser dos cosas: una aventura atrevida o, nada en absoluto.
Lo escrito, escrito está.
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