Se fue el más vistoso

Francisco Javier González
en CANCHA


Ninguno de los dos finalistas llega ileso a la definición por el título.

Ambos pudieron ser eliminados en el último instante de los juegos que, celebrados en sus respectivos estadios, terminaron decidiéndose por mejor posición en la tabla.

Si el futbol es arrojo, si lo que busca la serie final por el título es conquistar aficionados que no lo son o refrendar a los que sí, quien

mejor puso ejemplo quedó fuera.

El América tuvo una serie brillante contra el León, pese a haber perdido su partido con localía prestada en Querétaro.

No permitió que el líder general y coleccionista de marcas en el torneo regular luciera ni lejanamente lo que había sido.

No lo dejó respirar, se le fue encima y aun recibiendo ese gol de 26 toques -de los que más de veinte fueron detrás del medio campo- tuvo ese descuido que le costó asumir su responsabilidad en la vuelta.

Y así lo hizo.

Un remate al poste de Macías casi al silbatazo fue casi lo único que hizo el León antes de sufrir el mismo dominio que en la ida.

A los cinco minutos ya tenía el gol en contra de Bruno Valdez y un buen trecho que recorrer.

Las Águilas brillaron pese a lo poco fino de Andrés ibargüen para dar el penúltimo pase, no obstante la jugada de más -o de menos- de Roger Martínez y del pésimo momento de Nicolás Castillo.

Otras virtudes tuvieron los tres en el desgaste, el fragor y la necesidad de recuperar rápidamente el balón cuando lo movía el rival.

Pero le faltó el gol y la historia la escriben los vencedores, aunque el juicio también lo hagamos los comunicadores.

León sufriendo, desencajado pero triunfante. Paradójico pero real.

Con Sambueza que por una imprudencia volvió a poner en riesgo a su club en un partido crucial pero con la capacidad de resistir. Ésa fue la virtud del equipo más brillante.

Del otro lado, Tigres y Rayados fueron las antítesis de lo que la gente espera de las Liguillas.

Teniendo planteles tan poderosos, tan enormemente explosivos, fueron programados para especular.

Cada quien tuvo su turno para hacerlo y no lo desaprovecharon.

El paladar pedía algo más delicioso que defender cuando se tuvo la ventaja que, en lugar de incrementarla, Tigres y Rayados decidieron cuidar con mezquindad. Y entonces Nahuel se convirtió en el héroe de un duelo desesperante.

Con la ventaja de ser local en el cierre y la necesidad de retomar su brillo, León tendría que partir como favorito no obstante la famosa maldición del líder general.

Tal vez haya pasado su escollo más difícil para enfrentar en un homenaje involuntario a la otra camiseta que vistió en México el inolvidable Osvaldo Batocletti, a quien recordarán siempre ambas aficiones.

O tal vez no.

Las Finales son impredecibles.

 
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